Xicoténcatl Morales Hurtado, Director de Grupo Gavata
La primera etapa del shock provocado por la Covid-19 ya pasó. 2020 fue un año de duros aprendizajes y mayores desafíos, sobre todo para quienes tomaron decisiones cruciales sobre la rentabilidad de su empresa.
Hoy el escenario muestra variaciones en los temas económicos, sanitarios y por supuesto laborales. Necesitamos con urgencia implementar estrategias de reactivación en este sector que contemplen, con profunda resiliencia, los estragos de la crisis provocados en nuestro entorno y la forma de sobreponernos a ellos.
Lo que sigue es enfocarnos en medidas claras y contundentes que pueden dar a las iniciativas de negocio un respiro necesario para que, aún en medio de la pandemia, la productividad se sostenga y la fuerza laboral, motivación, rendimiento y compromiso de los emprendedores y empresarios siga viva… por mucho tiempo.
La vida siempre ha sido impredecible
Hay muchas cosas sobre la nomenclatura “pensamiento disruptivo” que queremos decir. Lo primero es reconocer lo que no podemos cambiar (en el futuro inmediato). Seguir haciendo apuestas sobre la posible fecha en que esta plaga mundial terminará no nos está conduciendo a ninguna parte. Pretender, por otro lado, que regresaremos a una “normalidad” en la que las cosas seguirán como estaban, tampoco.
El pensmiento disruptivo, como sabemos, busca dar giros drásticos para ver la realidad desde otra perspectiva. La innovación, el empoderamiento de la creatividad y la implementación de tácticas que no consideramos en el pasado figuran como algunas de sus principales divisas.
Viendo como están las cosas, pensar de esta manera en este momento no es un privilegio, sino una postura bastante útil que nos puede ayudar a percibir todo con una mirada diferente, dinámica; buscando intersticios y oportunidades ahí donde antes no distinguíamos un panorama seguro.
Cerremos ciclos
La innovación tiene hoy mucho que decir sobre el tema de la reactivación laboral. Los esquemas de trabajo han cambiado, los ritmos, escenarios y jornadas han sufrido una transformación sustancial que, lejos de verla como un territorio difícil de transitar, debemos contemplar como un campo de conquista para cosechar éxitos contundentes.
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A los empresarios que han hecho paros técnicos, clausurado líneas de producción o prescindido de alguna parte de sus equipos de trabajo es importante decirles que esa pérdida y su respectivo duelo debe digerirse.
Los liderazgos genuinos tienden a sopesar su calidad en todos sus derroteros: tanto en los más felices como en los que representan verdaderas tragedias. Así que si vamos a reiniciar labores y enfocar toda nuestra energía en experimentar un año diferente, cerrar ciclos es un principio básico para abrazar lo nuevo.
La reactivación laboral como eje del cambio productivo
Para los dirigentes es común asumir opciones frescas que abonen valor a su gestión y con ello influir en el clima laboral de formas positivas. Estas pueden ser algunas pistas para que des a tu empresa un renovado giro:
- Implementa modelos efectivos de trabajo, no eficientistas.
- Promueve esquemas de evaluación y desempeño, no de sanción.
- Establece una política de formación continua, no capacitación de urgencia.
- Invita a tus equipos a tener una visión global, no sólo un sentido de oportunismo.
- Anticipa el rumbo de los tiempos, no sólo reacciones a las preferencias.
- Rompe lo establecido con respecto a lo que es una jornada, trabaja por proyectos.
Mantenerte activo en este primer trimestre del año será muy importante para que tu enfoque siga apuntando a nuevas metas. Recuerda, necesitamos las frustraciones e irritaciones que ocurren en los periodos difíciles para cambiar esquemas y ser verdaderamente disruptivos.
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