En la década de los cincuenta, el maestro Enrique Ruelas tuvo una idea visionaria: sacar el teatro universitario de los recintos teatrales y colaborar con la comunidad en la representación de los entremeses de Miguel de Cervantes Saavedra. En una labor sostenida por varios años, las callejuelas y callejones de Guanajuato fueron escenario de obras de breve formato como “La cueva de Salamanca” o “El retablo de las maravillas”.
Sin perder esa vocación, en 1972 surgió el Coloquio Cervantino, un simposio que convoca al estudio de toda la obra del autor de Don Quijote de la Mancha. Ante el crecimiento de las diversas actividades, el gobierno federal buscó la creación de un festival cultural con alcances internacionales. Así nació el Festival Internacional Cervantino (FIC).
Pasadas cinco décadas y ante un cierto remanso tras los estragos del COVID-19, Mariana Aymerich, directora del festival, nos cuenta sobre los eventos estelares de la celebración, las reinvenciones necesarias tras dos ediciones atípicas (una virtual y una híbrida), así como las perspectivas a futuro del festival cultural más importante de México y de América Latina.
En un lugar de Guanajuato…
Del 12 al 30 de octubre, el FIC tendrá una programación que abarca más de dos mil quinientos artistas de 33 países, 159 funciones de artes escénicas y 90 actividades de artes visuales, cine, literatura, así como un mercado de artistas (el pitch Cervantino). A los diversos eventos presenciales, se espera una asistencia aproximada de medio millón de personas:
“El cálculo que tiene Secretaría de Turismo del Estado es de 500 mil visitantes; si consideras esos 500 mil, más los artistas que van a venir, los habitantes de Guanajuato, el staff, técnicos, periodistas, va a ser una locura”, señala.
Ante estos números, Mariana señala un detalle importante: si bien Guanajuato ha crecido en todos los términos (económicos, sociales, culturales, etc.), su esencia ha seguido siendo la misma:
“Guanajuato se ha modificado en su estructura, las formas de programar o de producir son muy distintas, pero sigue siendo el mismo. Sigue habiendo la misma estructura teatral y siguen existiendo las calles y callejones chiquitos donde no puede pasar un camión con un contenedor. Todo se tiene que traspalear a camionetas de tres y media para que puedan bajar todos los elementos escenográficos en Guanajuato”.
Esta relación entre lo antiguo y lo moderno, lo histórico y lo actual, atraviesa mucha de la programación especial.
Celebrar a lo grande
A lo largo de su historia, el Festival Internacional Cervantino ha permitido a los asistentes conocer diversas manifestaciones artísticas de todo el mundo y también ha sido un foro de proyección para artistas locales y nacionales.
Para los cincuenta años, la agenda cultural abarca una multiplicidad de propuestas. Relucen algunos como la afortunada coincidencia de la despedida artística de Joan Manuel Serrat o la primera ocasión en que el coreógrafo griego Dimitris Papaioannou trae un montaje a México (única y exclusivamente se presentará en la ciudad de Guanajuato).
Todas las actividades pueden ser consultadas en la página web y redes del festival. Ciertos eventos fueron realizados específicamente para la conmemoración, como el montaje de la compañía española Fura dels Baus (reconocida por su carácter transgresor e inventivo), la instalación lumínica de Víctor Zapatero “Guanajuato es luz”, el proyecto “100 años del muralismo”, diversas coproducciones escénicas, entre otras.
“Son muchas cosas que el 50 aniversario nos permitió imaginar y poder llevarlas a una realidad (…), pero que involucran siempre a la comunidad. Pensamos cómo hacer que el festival se acerque más a esos nuevos públicos y haga un guiño a los jóvenes”.
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Cubrir la oferta de los diversos públicos
Desde que Mariana Aymerich asumió la dirección del festival en 2019, ha enfatizado fuertemente la importancia de democratizar la cultura y de crear una oferta atractiva para los diversos públicos:
“Nos gusta mucho lo que hacemos y lo hacemos con muchísimo cariño. Lo hacemos pensando siempre en el público, los artistas, en cómo llegar a más jóvenes, en investigar los intereses de los niños, niñas y jóvenes. Nos parece fundamental estar cerca de ese público que más adelante será un futuro consumidor. Si no ponemos un enfoque muy claro en eso, difícilmente podremos asegurar que haya Cervantino para rato”.
El FIC tendrá como invitados de honor a Corea y a la Ciudad de México, por lo que el evento de inauguración demuestra la convergencia cultural: la cantante coreana Hera Hyesang y la mexicana María Katzarava, acompañadas de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. Además, Mariana Aymerich pone un ejemplo que ilustra la apertura del festival a las diferentes audiencias:
“Cuando confirmamos que Corea era el país invitado de honor, con la coincidencia de que además son las relaciones bilaterales México-Corea, tenía que haber K-Pop. No lo podíamos tener más fácil para acercarnos a los jóvenes que con K-Pop”.
Roosevelt, Café Tacvba con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, Lila Downs, Caifanes, Francisca Valenzuela, el colectivo de danza contemporánea Physical Momentum son algunas de las actividades que pueden ser agendadas en la aplicación Cervantino.
Aprendizajes del festival
En 2020, el FIC tuvo que mudar toda su programación a formato virtual. En 2021, los avances en la vacunación y la mejora en las condiciones de salud permitieron el formato híbrido. Para este 2022, si bien existen diversas actividades virtuales, se ha priorizado —dada la importancia de la conmemoración— a los eventos presenciales.
“Sin duda la presencialidad vale oro. Creo que a todos nos gusta más estar en una arena, una plaza o un teatro, viendo en vivo lo que sucede en un escenario, la magia que eso transmite, a estar en una pantalla”, comparte Mariana. Como prueba de ello es que, al momento de la redacción, dadas las enormes expectativas, diversos eventos ya han agotado sus cupos.
Atravesar estos formatos ha representado diversos aprendizajes para el festival. Las potencialidades de lo virtual se han visto en el Pitch Cervantino, plataforma que permite a los artistas relacionarse con programadores de todo el mundo.
“Es una ventana de promoción artística muy importante para artistas mexicanos con programadores internacionales. Esa es una oportunidad que nos dan la tecnología y estas nuevas formas de comunicarnos”, recalca. Además, enfatiza como ventaja que las nuevas tecnologías les han permitido llegar a otros públicos.
Para el Festival Internacional Cervantino, los escenarios vividos implicaron la ductilidad: saber adaptarse y solucionar las situaciones, preguntarse por las condiciones de producción en formato virtual o presencial, ampliar las estrategias de promoción y difusión, entre otras cosas. Mariana enfatiza:
“Nos tenemos que seguir reinventando, pero lo humano no lo podemos perder. Ese contacto humano, esa comunicación que tenemos en físico, es muy importante porque además alimenta el alma y el espíritu”.
Los primeros cincuenta
El cincuenta aniversario se presenta como la ocasión ideal para reflexionar en torno al futuro de los festivales a lo ancho del globo. El FIC hospedará un encuentro de programadores en que se plantearán las prioridades en promoción, difusión y programación cultural. Mariana Aymerich señala:
“Los festivales tenemos que ser muy responsables de cómo vamos a programar en el futuro: pensar en festivales sustentables, programaciones que no impliquen traslados de tanta gente. Pensar en seguir siendo las plataformas de promoción y difusión para nuestros artistas es muy importante, así como desarrollar mucho más a la comunidad y profesionalizarla, sobre todo, en los países latinos”.
A ese respecto también señala la importancia de la vinculación regional entre los países de Iberoamérica, en especial, con Brasil: “Brasil es un objetivo muy claro porque lo tenemos tan lejos, que es muy difícil tener esta conexión cercana con Brasil. Me parece que es fundamental su desarrollo cultural”.
Además, recalca la importancia de que los festivales fomenten aún más el intercambio cultural de los artistas mexicanos con otras latitudes:
“Ojalá que estas plataformas hacia el futuro nos volteemos a ver más en serio, con más compromiso de desarrollo y potencializar estas plataformas; que a la cultura artística le brinde beneficios mucho más palpables”.
Finalmente, Mariana Aymerich, tras enfatizar que el Festival Internacional Cervantino es un esfuerzo conjunto de todos los colaboradores, reitera la invitación a asistir a los eventos:
“Toda la gente que trabaja en el festival está convencida de la importancia que tiene el festival y de lo importante que es para nosotros mantener su prestigio como plataforma de difusión cultural nacional e internacional”.