Javier Lomelí es el director general de Surgere México, pero antes de llegar a este puesto de trabajo tuvo que pasar por diferentes empleos y por algunos aprendizajes para saber realmente cuál sería era el rumbo de su vida.
Javier comparte que tuvo una infancia feliz, por lo que la recuerda muy unida a su familia y amigos. Asegura que de pequeño tenía interés en ser futbolista, pero descubrió su verdadera vocación al observar a su abuelo.
“Siempre había personas que admiraba, en este caso, mi abuelo. Yo decía: ‘quiero ser como mi abuelo’, sin yo ni siquiera saber qué era lo que realmente hacía”, apunta.
Asimismo, Lomelí comparte que, con el apoyo de su padre, consiguió una beca y tuvo la oportunidad de estudiar Comercio Internacional en el Tecnológico de Monterrey Campus Aguascalientes.
“Me citan con mis papás en el Tec y me dicen: ‘queremos darte una beca del 60%’. Mi mama hizo sus cuentas y dijo: ‘no nos alcanza, pero si tú quieres haremos el esfuerzo’”, señala.
Decisiones cruciales de Javier Lomelí
Su camino ha estado marcado por decisiones cruciales y momentos de crecimiento personal y profesional, desde su primer trabajo como mesero hasta el liderazgo de equipos en empresas reconocidas.
El director de Surgere señala que una de las decisiones más importantes de su vida ha sido renunciar a un empleo para cuidar a su hija enferma. Debido a esa situación entendió realmente cómo quería dirigir su trayectoria profesional.
“Me quedé sin trabajo, pero Dios siempre se ha encargado. Se me abre una puerta para ser socio con un amigo en su empresa de logística. Me sentí muy bien porque dije: ‘ya no vuelvo a trabajar para nadie más’», afirma.
Por casualidades del destino o, como lo llama él, “Diosidencias”, acepta trabajar como gerente en la primera planta de Surgere México. Al poco tiempo se vuelve director.
“Al entrar, me dicen: ‘bueno, vas a tener un jefe, después lo vamos a contratar’. Luego me dicen: ‘ya no va haber jefe, la persona correcta eres tú’. Siguió quitarme esos miedos y ser el responsable de la operación completa en México”, apunta.
Con el paso del tiempo, Javier ha encontrado un equilibrio entre su vida personal y profesional. Aprendió a desconectarse y disfrutar del presente, valorando los momentos con su familia.
5 lecciones de Javier Lomelí
- “Me gusta pensar que mi liderazgo radica en hacer partícipes a las personas de las decisiones, informando y también involucrándome”.
- “Lo que yo he procurado es que todos tengan una opinión dentro de la empresa, que el liderazgo sea por convicción y no porque dice mi título que tengo que ser el jefe”.
- “Yo quiero ser ese mentor para mis colaboradores; exponerlos y que desarrollen esas capacidades, porque sé que ellos van a ser los siguientes gerentes y directores”.
- “Uno de los consejos que yo les daría a las nuevas generaciones es tener una relación con Dios a su manera: una relación personal. Ese es para mí el fundamento”.
- “Ten un balance entre tu familia y tu trabajo. Debes reservar los tiempos perfectos para todo momento; la familia no es sacrificable, así como tampoco los hobbies y el ejercicio”.