La industria automotriz está en el umbral de la electromovilidad. En los próximos cinco años, atravesará un punto de inflexión a nivel mundial en el desarrollo y adopción de vehículos eléctricos a batería (BEV) o de cero emisiones.
La Industria Nacional de Autopartes (INA) enlista varios factores clave para impulsar este cambio:
- Políticas más estrictas para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero
- Inversiones significativas de los fabricantes
- Creciente conciencia ambiental entre los consumidores para reducir su huella de carbono.
Aunque la electromovilidad se ha considerado como una tecnología del futuro o una innovación de la industria automotriz, las Academias Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NASEM por sus siglas en inglés) han destacado que el período 2025-2035 podría ser testigo de la transformación más radical en los más de 100 años de historia del automóvil.
Transición inminente
La consultora Deloitte anticipa que, en ocho años, del total de vehículos que se consumirá en el mundo, al menos 50% de ellos serán híbridos y eléctricos. Paralelamente, se proyecta que Norteamérica —que actualmente manufactura cerca de 17 millones de vehículos al año— ensamble el 50% de unidades tipo cero emisiones en 2035, según destaca la INA en su informe «Evolución de las autopartes para vehículos eléctricos en México».
En el caso de México, la amplia mayoría de los vehículos ensamblados, destinados tanto al consumo local como a la exportación, continúan equipados con motores de combustión interna (ICE).
No obstante, se espera un incremento en la fabricación de vehículos eléctricos, con estimaciones que apuntan a superar los dos millones de unidades para 2024, en el conjunto de Estados Unidos, México y Canadá, mientras que, para 2029, se anticipa que esta cifra se elevará a cinco millones.
“La previsión de la INA es que, entre 2035 y 2040, el 50% de los automóviles que se fabriquen en la región serán cero emisiones”, apuntó el informe de la INA.
En el contexto actual, Estados Unidos concentra 32 plantas dedicadas a la producción de vehículos eléctricos de diversas categorías, mientras que Canadá cuenta con tres instalaciones de este tipo.
En México, por su parte, se destaca la presencia de once empresas que ya producen autos eléctricos o se encuentran en la fase de comenzar sus operaciones.
¿Piezas condenadas a la obsolescencia?
En los vehículos eléctricos, la ausencia de un motor de combustión interna elimina la necesidad de numerosas piezas específicas de este tipo de motorización:
- Pistones
- Cilindros
- Bujías
- Bielas
- Filtros
- Correas de transmisión
No obstante, Armando Cortés, director general de la INA, apunta que la única diferencia entre ambos tipos de vehículos recae en el sistema de propulsión.
Además, señala que el resto de las componentes (chasis, vidrios, sistemas electrónicos o llantas) se mantienen sin cambios en la estructura del vehículo. Esta situación provocará ajustes en la industria, como la reducción de inversiones en ciertos sectores, mientras que en otros se observará un incremento significativo.
Específicamente, dijo que la transición de los componentes ligados a los motores de combustión interna hacia los sistemas de propulsión eléctrica refleja un ascenso notable en su valor económico.
Por ejemplo, el valor de producción del tren motriz eléctrico como componente individual se situó en 29 mil millones de dólares (mdd) en 2022. Para 2027 esta cifra podría alcanzar los 100 mil mdd a nivel mundial, abundó el ejecutivo.
Un patrón de crecimiento similar para el mercado de las baterías. Se espera que el valor pase de los 29 mil mdd en 2022 a 100 mil mdd en 2027.
Ambos componentes esenciales para la propulsión eléctrica representarían un aumento del 245%, detalló el director general de la INA.
En contraste, los componentes asociados a los motores de combustión interna, como los sistemas de escape, verán reducido su valor de mercado de doce mil mdd a siete mil mdd en el mismo periodo comparativo.
¿Cómo se redefinirá la industria automotriz frente a la electromovilidad?
El ejecutivo subrayó que la producción de vehículos de combustión interna seguirá adelante, impulsada por su vitalidad en la industria. Aunque es posible que se observe una reconfiguración de los proveedores, esto no implicará una afectación directa debido a la transición hacia lo eléctrico.
Asimismo, resaltó la posición de los proveedores de autopartes en México especializados en motores de combustión interna, quienes podrán continuar con sus exportaciones hacia Estados Unidos y otros mercados internacionales, dada su reconocida competitividad a nivel mundial en la industria.
El desafío consiste en incrementar el número de proveedores o marcas que, desde México, produzcan componentes electrónicos para diversos tipos de vehículos.
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