Desde el arranque del nuevo siglo, niños y jóvenes han afianzado sus características como potenciales consumidores; por lo que cada vez se toma con mayor seriedad el diseño de los productos y servicios dedicados al sector.
En Zacatecas, el nicho de mercado para la industria infantil contempla alrededor de 458,804 individuos de entre 0 y 14 años de edad (28.28% de la población); de manera que se han surcado caminos diferentes a los convencionales para mantener su interés y el de sus padres.
Betty Díaz Miranda, propietaria de Pachanguitos -centro de entretenimiento y desarrollo infantil-, menciona que dos de las claves para hacer frente a las exigencias de la pandemia han sido la paciencia y la adaptabilidad:
“Al principio de la pandemia nadie sabíamos cuánto iba a durar aunque todos esperábamos -o deseábamos- que fuera poco tiempo. Después tuvimos listas alternativas seguras para ofrecer a nuestros niños, los niños de las familias zacatecanas. Esperamos con mucha paciencia a que las autoridades sanitarias evaluaran nuestras propuestas hasta que las consideraron una opción viable, confiable y segura”.
Debido a que la realización de fiestas no es posible durante esta época, Pachanguitos sigue un esquema denominado “burbujas sociales”. Esta forma de servicio está diseñada para atender a las familias con previa reservación, por espacio mínimo de una hora y media, de forma exclusiva y asegurando la sanitización de los espacios antes y después de su ingreso.
Existen tres turnos diarios entre semana y cuatro los fines de semana, donde se admite un máximo de cinco niños y dos adultos con cubrebocas, quienes manifiestan bajo protesta haber convivido juntos durante la pandemia.
Aún después de que termine la contingencia, Pachanguitos integrará algunos de los protocolos que utiliza ahora, Betty Díaz menciona:
“El gel antibacterial llegó para quedarse, al igual que el desinfectante de calzado y, en nuestro caso, la toma de temperatura. Esto sin contar el uso de químicos no tóxicos para la limpieza de mesas, superficies y áreas de juego que, si bien ya venían aplicándose, su frecuencia tenderá a incrementarse. El uso del cubrebocas será aceptable y hasta recomendable en los usuarios y, por lo menos en el personal, se seguirá usando para dar tranquilidad a los padres de familia”.
