El desafío que enfrentan las universidades e instituciones de educación superior a raíz de la contingencia sanitaria es mayúsculo, puesto que las prácticas son indispensables en algunas carreras, de ahí que han tenido que implementar una estrategia que no solamente se basa en las clases en línea o los talleres virtuales para reanudar las actividades.
Tal es el caso de la carrera de Medicina, ya que desde los primeros semestres los alumnos son enviados a los denominados “campos clínicos”, donde se complementa el conocimiento que reciben en las aulas con la realidad que se vive diariamente en el sector salud.
Pero, ¿cómo han enfrentado las universidades que imparten la carrera de Medicina el reto que implica seguir formando a los futuros galenos en el contexto del SARS-CoV-2? Esta es la experiencia que han tenido en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) y en la Universidad Cuauhtémoc Plantel Aguascalientes.
Un cambio total de paradigma
“En retrospectiva fue un total cambio de paradigma que ha involucrado el esfuerzo de directivos, maestros, alumnos e incluso a sus familias”, considera Paulina Andrade Lozano, jefa del Departamento de Medicina en la UAA.
Agrega que repentinamente la educación médica de pregrado tuvo que cambiar, lo que fue impactante pero también radical, pues a la responsabilidad que tenían de egresar médicos cirujanos preparados, ahora se sumaba la de velar por su salud, por lo que una vez que se suspendieron las clases presenciales éstas fueron sustituidas por clases en línea.
“La UAA tiene desde hace varios años una plataforma para clases en línea que se llama Aula Virtual que incluso se estaba subutilizando. La situación nos obligó a cambiarnos totalmente a la plataforma con clases virtuales… y así seguimos”, explica.
Subraya que para enfrentar este reto ha sido fundamental el trabajo en equipo y el apoyo que todos los involucrados se han brindado unos a otros, en aras de que no se merme la calidad en la transmisión del conocimiento.
“Creo que la enseñanza en Medicina puede continuar con calidad siempre y
cuando todos los actores, alumnos, maestros estén comprometidos y lo están”. En cuanto a las prácticas hospitalarias a las que acuden los alumnos desde tercer semestre, comenta que también fueron suspendidas y hasta ahora no se han reanudado, dado que no existen las condiciones para que esto ocurra.
“Tengo la fiel convicción de que cuando la pandemia esté más controlada, o que tengamos el acceso a alguna vacuna o tratamiento de manera que sea más seguro que los muchachos regresen a su práctica clínica, vamos a recuperar el tiempo que se está perdiendo”, señala.
No obstante, refiere que ya están autorizadas clases semipresenciales que enfocarán para las prácticas de los alumnos, específicamente en el Laboratorio de Simulación o los Talleres de Técnicas Quirúrgicas y Soporte Vital, aunque la asistencia a estos espacios será cuando el semáforo epidemiológico esté en naranja o amarillo.
Virtualidad no debe afectar humanización de la Medicina
“Hay que entender que la Medicina es una disciplina en la que la parte teórica necesariamente tiene que aterrizar a la atención directa con el paciente y que es en gran medida el contacto que tienen los alumnos con el paciente lo que refuerza los conocimientos, entonces lo primero era tener una respuesta oportuna para disminuir el riesgo entre nuestros alumnos. De esta manera, prácticamente en dos o tres días, la universidad tomó el reto de pasar todas sus clases teóricas o prácticas, o ambas, a la modalidad virtual”, explica Salvador Bueno Valenzuela, director de la carrera de Medicina en la Universidad Cuauhtémoc.
Señala que en los planes de estudio se establece que los alumnos estén en contacto con pacientes prácticamente desde tercer semestre. “Esto quiere decir que el 65 por ciento de nuestra matrícula requiere de campos clínicos, lo que es un reto enorme porque allá afuera en los hospitales y clínicas, centros de salud, etcétera, tenemos pequeños grupos de alumnos que van rotando y haciendo sus prácticas, por lo que había que llevar toda esa actividad a un esquema distinto”, puntualiza.
Derivado de lo anterior, y privilegiando la salud de los estudiantes, se implementaron diversas medidas como sustituir las prácticas que se llevan a cabo en laboratorios por trabajos en casa dirigidos por tutores y transmitidos con el uso de herramientas digitales, así como la implementación de un Centro de Simulación en el que desarrollaron más de cien escenarios para que los alumnos concurran en grupos muy pequeños con todas las medidas de seguridad.
El galeno señala que hasta en tanto la pandemia no disminuya, todo el componente teórico de las materias se continuará llevando en línea, procurando que la virtualidad no afecte las habilidades blandas que debe desarrollar el alumno.
“Este reto de la humanización de la Medicina en la virtualidad, es uno de los más grandes que tenemos todas las facultades y escuelas de Medicina (…) cómo hacer que sacarlos del contexto hospitalario y de las unidades médicas no les merme la capacidad y las competencias que luego van a requerir con pacientes en un escenario real”, subraya, además de hacer énfasis en la importancia que ha tenido comunicar de manera eficiente y asertiva tanto a los alumnos como a los padres de familia en esta pandemia.