Con un centenar de años siendo referente internacional en la industria de alimentos enlatados o conservados, desde sus inicios —en 1923— hasta la fecha, La Costeña es conocida por llevar a la mesa de los mexicanos sabor y calidad.
La Costeña nació de una pequeña tienda de abarrotes fundada por Vicente López Resines en 1923, en Tlatelolco, vendiendo chiles; con la vista puesta en brindar a las familias mexicanas sabor, pero sobre todo calidad.
Visión que ha perdurado a lo largo de 100 años y que ha sido clave para el éxito de La Costeña.
“El legado de Don Vicente nos ha llevado a ser una marca de confianza y estar presentes en el 95% de los hogares mexicanos el día de hoy”, comparte Rafael Celorio, Director General de La Costeña.
Una historia de trabajo, desafíos, innovación y logros
La historia de la empresa es una de trabajo, desafíos, innovación, logros, pero, sobre todo, de gusto y dedicación por conservar los sabores que la tierra nos da.
“Nuestro afán de conservar el sabor de nuestras tradiciones nos ha impulsado a innovar constantemente, pues modernidad y tradición van de la mano; por ello hemos buscado el nivel más alto en rubros como, fuerza laboral, tecnología, recetas y logística”, añade el directivo.
Aunado, el mantener decisiones de vanguardia como una constante renovación de empaques y no dejar de invertir en tiempos de crisis ha hecho posible mantener su inventario y seguir presentes en los hogares, aún en tiempos de crisis.
Legado de Don Vicente: una empresa 100% mexicana y familiar
En un contexto en el que tras dos o tres décadas desde su fundación la mortandad de las empresas familiares se agudiza cada vez más, La Costeña erige gracias a una sucesión familiar exitosa y una de las marcas más longevas del país.
“Quiero que todos hagan de todo, que sean mil usos, no que se especialicen. Quiero que aprendan trabajando” – Don Vicente.
Bajo esta premisa, el fundador inculcó en sus descendientes una mentalidad de trabajo arduo; misma que se ha mantenido a través de las últimas tecnologías.
“La Costeña sabe que la calidad y la innovación nos distingue, pero el sabor nos une”.
La Costeña presente en el 95% de los hogares mexicanos
A lo largo de estos 100 años, La Costeña ha sido parte de la historia de un país con una tradición culinaria que ha traspasado fronteras y ha sido elogiada como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La apertura de su planta en Ecatepec en 1971 fue un parteaguas para una nueva era de liderazgo e innovaciones tecnológicas, que lograron alcanzar nuevos mercados fuera de México.
No sólo en México, trascendiendo la frontera de más de 70 países
Con tal éxito en México, para la empresa cada vez cobraba más sentido poner en las mesas de todo el mundo los sabores de la tierra mexicana.
Su primera exportación fue en 1976, conformada por de latas de chiles y salsas. Para el 2000 ya exportaban a Centroamérica y Sudamérica; alcanzando 70 países al día de hoy, pero manteniendo el propósito de expandirse a aún más países, concientes de que la gastronomía de México es digna de presumirse.
Alta dirección de un gigante centenario
Custodio y responsable de la visión inicial de Vicente López, Rafael Celorio en su rol de Director General busca honrar el legado y los valores que inspiraron al fundador. Lo que se traduce en velar por todos aquellos que han puesto su granito de arena en La Costeña a lo largo de este centenar de años.
Así, para el director apostar por su gente y por un futuro de innovación, inversión y crecimiento son factores imprescindibles y constantes en la gestión de su producción y Recursos Humanos.
“Detrás de cada salsa, cada mermelada, de cada porción de frijoles, está plasmado el trabajo digno y la dedicación de miles de mujeres y hombres que se encargan de todo el proceso productivo de los alimentos – sembrar, cosechar, procesar y transportar”.
Es visible que para la empresa su fuerza laboral radica en su capital humano, esa es la fórmula ganadora para la compañía. Celorio también comparte que el liderazgo con visión es clave para no perder de vista los objetivos que se tienen como compañía.
“Como consejo les recordaría la importancia del trabajo en equipo y el escuchar a sus colaboradores. De esta manera se genera una perspectiva más amplia para la toma de decisiones, al tiempo que cuidamos y respetamos el recurso humano, que es el principal valor de las compañías”, finaliza.