Con la colaboración de Juan Manuel Ávila* |
El estado sigue desaprovechando una de sus mejores y más baratas materias primas: la luz del sol
Cualquiera que haya caminado bajo el sol en Aguascalientes se puede dar cuenta de su intensidad. Haga frío o calor, el sol quema la piel todo el año. Lejos de ser una desventaja, excepto para quien transita por la calle sin una sombrilla que lo ampare, los rayos solares pueden aprovecharse para crear energía.
La irradiación del sol en el territorio hidrocálido es una de las más altas en México y por tanto, el estado tiene un gran potencial en generación de energía solar. Para darnos una idea: mientras las naciones europeas con más potencia solar apenas alcanzan las 4 horas solar pico al día; Aguascalientes registra 6 horas y 27 minutos de horas solar pico. Esto quiere decir que, durante ese tiempo, el sol irradia con una intensidad constante y tiene la capacidad de generar una energía de 1,000 watts por metro cuadrado. Todo ese tiempo de sol puede ser aprovechado para generar energía a gran escala. Y es justo lo que la entidad podría hacer en los próximos años.
Aguascalientes aún no figura en el país en cuanto a producción de energías renovables, pero podría hacerlo pronto. Gracias a las licitaciones eléctricas realizadas en marzo y septiembre de este año por el Centro Nacional de Control Eléctrico, a petición de la Secretaría de Energía, la entidad albergará varios proyectos de generación de energía solar que desarrollarán empresas extranjeras.
Las subastas se hicieron para abastecer la demanda de energía de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a partir de la reforma energética. En la primera, solicitó tres cosas: potencia (capacidad de suministro de luz) y energía para 15 años, además de certificados de energías limpias (CEL) para 20 años.
Los CEL son un instrumento creado por el gobierno para asegurar el consumo de energía renovable que, para 2018, se fijó en 5 por ciento del total de la energía consumida por el país –conforme evolucionen las metas nacionales de generación de energías limpias, dichos montos se volverán a establecer con dos años de antelación–. La CFE debe asegurar el consumo de este tipo de energía, por lo cual compró certificados que serán emitidos por las empresas ganadoras de los proyectos.
La comisión fue el único comprador en las subastas, pues hasta el momento solo ella puede abastecer de energía a usuarios residenciales y comerciales. Aunque en un futuro, conforme entren en vigor otros puntos de la reforma, más suministradores podrán participar.
El prejuicio de las energías renovables
Aguascalientes empezó a hacer ruido desde la primera reforma en materia de energía, que se dio con la Ley para el Aprovechamiento de las Energías Renovables y el Financiamiento a la Transición Energética, publicada en 2008.
«…Las subastas eléctricas en el país rompieron con varios de los prejuicios que había en torno a las energías renovables»
La legislación dio entrada al famoso “banco de energía” en proyectos de gran escala y al porteo “estampilla” (la palabra se usó para hacer un símil con el sistema de correo), en el cual se cobraba una cuota por conducir energía según la diferencia de distancias entre las centrales generadoras y los puntos de consumo. Esos cambios permitieron fijar una tarifa por el uso de la red eléctrica y fue así como se realizaron los primeros proyectos de gran escala en energías renovables.
Aunque la ley fomentó la producción de energía limpia en general, la más favorecida fue la eólica. En aquellos años, Aguascalientes apenas era un jugador pequeño en el tema de Generación Distribuida (colocación de paneles solares en los techos). De hecho, el estado no había desarrollado proyectos energéticos de gran escala, a excepción de algunos como el Relleno Sanitario San Nicolás y el huerto solar Bicentenario, el cual nunca prosperó a pesar de que su construcción fue terminada.
«Uno de los grandes temores de la industria era que la electricidad tuviera un costo muy elevado»
Si el territorio hidrocálido siempre ha tenido un potencial solar muy grande, ¿por qué no se aprovechó desde antes? En su momento, la energía solar no se hizo más popular debido a los altos costos de inversión, mayores a los de la eólica, y el bajo factor de planta (horas de generación al año).
Sin embargo, las subastas eléctricas en el país rompieron con varios de los prejuicios que había en torno a las energías renovables. Cuando se publicó la Ley de Transición Energética en diciembre de 2015, uno de los grandes temores de la industria era que la electricidad tuviera un costo muy elevado. Se pensaba que con la obligación que imponía la ley de comprar, ya sea un porcentaje o certificados de energía limpia, los precios de la luz se elevarían.
Sucedió todo lo contrario. En la primera licitación, el precio máximo en el que se planeaba comprar la energía fue de 72 dólares por Megavatios-hora (MWh). No obstante, contrario a las previsiones de analistas y del mismo gobierno, el precio promedio fue de 47.8 dólares por MWh: casi la mitad del costo máximo que se esperaba.
En aquella ocasión, solo dos empresas desarrolladoras de parques fotovoltaicos, llamadas Recurrent Energy (subsidiaria independiente de Canadian Solar Inc.) y Jinkosolar Investment Pte. Ltd., ganaron dos proyectos que se instalarían en Aguascalientes. Fue hasta la segunda subasta, realizada a fines de septiembre, que el estado aterrizó cinco proyectos más, ganados por cuatro compañías: Alten Energy, Engie, IEnova y OPDE.
«Uno de los proyectos más ambiciosos de energía solar es el que realizará Alten Energy. La compañía española desarrollará un parque fotovoltaico que producirá 144 MW: lo suficiente para proveer de energía a 180,000 hogares…»
Después de las licitaciones, la entidad se colocó en el segundo lugar a nivel nacional en cuanto a capacidad instalada de generación de energía. Ganó un monto de 546 megawatts (MW), que representa el 13.7 por ciento de la capacidad total instalada en México –la cual fue de 3,975 MW–. El primer lugar se lo llevó la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, con 993 MW. A pesar de eso, la tierra hidrocálida obtuvo el primer lugar en tecnología solar colocada, con 29.44 por ciento del total de ubicaciones que ofertaron dicha tecnología.
Uno de los proyectos más ambiciosos de energía solar es el que realizará Alten Energy. La compañía española desarrollará un parque fotovoltaico que producirá 144 MW: lo suficiente para proveer de energía a 180,000 hogares, según la propia empresa. La infraestructura comprenderá cuatro predios en un terreno de 433 hectáreas en el municipio de El Llano, de acuerdo con los datos de la Secretaría del Medio Ambiente en Aguascalientes. Se instalarán cuatro paneles solares con una capacidad de 30 MW cada uno y una vida útil de 40 años.
¿Podrá Aguascalientes aprovechar todo su potencial?
Convertirse en una entidad que destaque en la generación de energías limpias no será sencillo. A pesar de que el consumo eléctrico de Aguascalientes ha crecido 24.60 por ciento de 2005 a 2015, su generación de energía es nula.
Antes de la reforma, se contaba con muy poca generación distribuida; pero después de ella, la necesidad de 2,709,448,480 MWh de consumo anual (al cierre de 2015) se convirtió en un mercado atractivo para la modalidad de usuario calificado y suministro básico, y para todos los generadores que se sumen al Mercado Eléctrico Mayorista (MEM).
Esto abre una puerta de oportunidad para empresas de Engineering, Procurement and Construction (EPC, por sus siglas en inglés), es decir, compañías dedicadas a diseñar y suministrar lo necesario para una construcción. También se necesitarán EPC de generación distribuida, estructuristas de acero galvanizado y aluminio, técnicos instaladores, distribuidores de material eléctrico, operación y mantenimiento, entre otros.
El reto es, en pocas palabras, que las organizaciones locales brinden los servicios necesarios para la industria energética. Las pequeñas y medianas empresas deberán ofrecer productos y servicios de valor, atractivos para las grandes inversiones del estado en materia de energía renovable. Todo lo anterior, puede convertir a Aguascalientes en un centro de actividad energética.
Proyectos energéticos atrasados y en riesgo
De acuerdo con un artículo publicado en el diario El Financiero, veinte proyectos energéticos en el país están retrasados. Uno de los motivos de esto es un nuevo requisito de la Ley de Hidrocarburos y la Ley de la Industria Eléctrica, en las cuales se exige a los inversionistas que soliciten a los afectados (las comunidades donde se realizarán los proyectos) la autorización de cualquier tipo de desarrollo. Este requisito alarga los procesos y retrasa la consolidación de los planes energéticos.
Aguascalientes se encuentra en esta lista. Según el secretario de Medio Ambiente de la entidad, Jorge Durán Romo, la empresa que ganó la primera subasta eléctrica (Recurrent Energy), no contaba con los permisos necesarios para participar en la licitación. El proyecto se detuvo, pero la compañía podría participar en próximas subastas.
Por su parte, Alten Energy ya cuenta con la mayoría de las licencias (municipales, estatales y federales); pero aún no comienza con la construcción. Durán Romo afirma que lo único que le falta es una resolución que acredite el cambio de uso de suelo del terreno donde se ubicará el parque; este permiso lo deberá emitir la autoridad federal a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
La construcción de este tipo de infraestructura podría tardar un año en completarse, según el secretario. Sin embargo, advierte que la ley da como plazo a las empresas hasta 2018 para conectarse a la red eléctrica de CFE, por lo cual es posible que el proyecto se concrete hasta esas fechas.
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*Juan Manuel Ávila Hernández es presidente de la Comisión de Energía de la Coparmex Aguascalientes y CEO de Top Energy. Debido a su conocimiento en materia energética, colaboró con Líder Empresarial para este artículo.