Este martes, el Tribunal Supremo británico declaró ilegal la decisión del primer ministro británico, Boris Johnson, de suspender el Parlamento durante cinco semanas en plena cuenta regresiva para el Brexit.
Ante la polémica suspensión del 10 de septiembre al 14 de octubre, los once jueces que conforman el Tribunal Supremo de Reino Unido, por decisión unánime, declararon “nula y sin efecto” la orden de suspender las sesiones parlamentarias. Por lo tanto, califican que el primer ministro actuó ilegalmente cuando aconsejó a la reina Isabel II para que diera su aprobación formal para suspender la legislatura.
“Fue ilegal porque tuvo el efecto de frustrar o impedir la capacidad del Parlamento de realizar sus funciones constitucionales sin justificación razonable”, declaró la juez Brenda Hale, presidenta del Supremo. Por su parte, el presidente de la Cámara, John Bercow, ha convocado a los diputados mañana miércoles en sesión de urgencia.
Desde Nueva York, donde Johnson asiste a la Asamblea General de la ONU, comentó que el Gobierno respetará la decisión, pero indicó que podría intentar suspender las sesiones nuevamente, y adelantará su regreso a Londres para asistir mañana a la sesión del Parlamento.
Esta decisión del Tribunal Supremo es un duro revés para el primer ministro británico y ha provocado un terremoto político en el país anglosajón que reclama que Johnson renuncie al cargo.