Las mascotas son fieles acompañantes en la dinámica diaria de millones de personas en todo el mundo, asimismo, los animales de crianza o consumo representan un porcentaje importante para la economía de los países.
De ahí la importancia de brindarles productos que fortalezcan su salud y mejoren su calidad de vida. La oferta puede ser extensa, no obstante, pocos pueden garantizar estos estándares y presumir las recetas que los han llevado a mantener el éxito en el mercado.
Este es el caso de la empresa de origen potosino, Apelsa, quienes después de 70 años, han diversificado su oferta y roto las fronteras al colocar sus productos en prácticamente todo el mundo. Resultados que se han acrecentado con el trabajo desde hace una década de Patricia Lozano Meade y de todo su equipo.

La “fórmula” que afianzó el éxito
De la mente maestra del ingeniero Don Mario Lozano González, Apelsa nació el 17 de septiembre de 1953, desde sus instalaciones en la capital potosina. Su orígen se remonta a Don Mario y su criadero de cerdos, a quienes alimentaba con carne de burro y otras proteínas.
Con los buenos resultados obtenidos, el ingeniero decidió evolucionar su estrategia mediante la creación de una fórmula, que tras varios años de investigación, resultó en un concentrado proteico a base de subproductos de origen animal.
“Apelsa fue la primera compañía en el mundo en aprovechar estos subproductos de orígen animal no marino para la alimentación de animales. Todo gracias a un hombre visionario, que además, siempre buscó el bienestar de su comunidad”, expresa.
Ricardo Lozano Armengol, presidente del Consejo de Apelsa.
Años más tarde, el ingeniero agrónomo, Don Ricardo Lozano, hijo de Mario Lozano, se integró a Apelsa para posteriormente comprar las acciones de la empresa. Con ello, comenzó la etapa de diversificación y crecimiento exponencial de la marca.

A lo largo de la línea del tiempo, y gracias al trabajo de Don Ricardo Lozano, Apelsa cuenta con los cimientos para continuar siendo la protagonista del mercado en distintos productos, con el objetivo de dar a los animales de granja, proteínas suficientes para un crecimiento saludable.
Además de que se consolidan como aliados de los amigos perrunos y sus dueños, al contar con una línea especial que garantiza parte de su bienestar.
Una oferta de fama mundial
Si bien el primer producto estrella de la marca fue el concentrado proteico, actualmente cuentan con sales de calcio, galletas de carnaza y no carnaza “hide free”, las cuales se han convertido en un producto con gran demanda.
En 2017 dieron la bienvenida a su nueva planta PMx, juguetes para perro a base de almidones, que cuentan con una variedad de sabores y beneficios nutrimentales, así como con la calidad necesaria, colocándose nuevamente en el centro de la demanda del mercado mundial.
Cabe destacar que toda su mercancía cuenta con la Certificación Internacional de Calidad BRCGS, la cual garantiza la inocuidad, calidad y legalidad de los procesos y productos.





En ese tenor, las plantas operativas, en conjunto, producen un total de dos mil toneladas mensuales con los más altos estándares de calidad, desde la sede potosina.
Es decir, Apelsa cuenta con 5 plantas de producción, que surten al público objetivo nacional e internacional, llegando a países como:
- Estados Unidos
- Canadá
- Brasil
- Inglaterra
- Países Bajos
- Alemania
- Francia
- Suiza
- Italia
- Nueva Zelanda
Con una cobertura en cinco continentes, sus productos también se exportan a países de Asia, como Japón, Taiwán y Hong Kong; África y Australia. En tanto, comercialmente se les puede encontrar en supermercados y tiendas especializadas en cada una de estas regiones.


Visión humana y responsable
Ahora bien, tal como lo describen, Apelsa es reconocida por su sistema de becas y programas para elevar el nivel educativo de sus trabajadores y sus familias, una iniciativa que nació junto a la firma y ha ido evolucionando a través de los años.
“Uno de los pilares de Apelsa es la educación, ya que la consideramos como el único medio que puede ayudar a disminuir la desigualdad, por lo que apoyamos a las y los colaboradores en este ámbito”.
Estos incentivos, adicionales a las prestaciones de Ley, llegan a los más de mil 200 colaboradores con los que cuentan hasta el día de hoy, una cifra que los posiciona como uno de los mayores empleadores en el estado.



Un ejemplo de la visión de colocar al ser humano como centro de todo es la “colonia Apelsa”, proyecto en el cual las y los colaboradores podían obtener un hogar con tan sólo aportar $1.00 de su salario, hasta cubrir el monto de la vivienda, que además, era accesible.
Un proyecto puesto en marcha incluso antes de que existiera el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), por lo que muchos de sus trabajadores lograron acceder a un patrimonio.
Con esta perspectiva, Apelsa puede enorgullecerse de su equipo, el cual ha crecido junto a la empresa y ha forjado trayectorias laborales de más de veinte años en la compañía.
Por otro lado, desde hace años, cuentan con tecnología Alemana para garantizar emisiones 100% limpias en todos sus canales, lo cual la convierte en una de las empresas en el mundo con un balance ecológico positivo.
“Esto lo logramos gracias a que nuestros procesos convierten en productos útiles miles de toneladas de subproductos, que de otra manera, estarían verdaderamente contaminando el ambiente”, expresan.



Compromiso que garantiza permanencia
Pese a los retos, Apelsa continúa su camino rumbo al crecimiento. Ejemplo de ello es la hazaña durante la pandemia de COVID-19, donde reemplazaron el despido de personal por la apertura de vacantes para integrarse a la fuerza operativa, a diferencia de otros sectores.
Aunado a ello, la innovación ha sido clave desde el nacimiento de la empresa, pues no solo crearon productos inexistentes en el mercado, sino que además desarrollaron su propia maquinaria y tecnología para su realización.
Tal reconocimiento, es impulsado por una sólida dinámica desde su Gobierno Corporativo, que califican como indispensable al tratarse de una empresa familiar que ha trascendido a lo largo de los años, sorteando cada uno de los obstáculos de la escena económica y social.
“Es un paso indispensable si queremos que una empresa familiar trascienda, estamos en el proceso, acompañados de consejeros externos con mucha experiencia”, señalan.


Con la filosofía de ser una Institución confiable y sólida; en crecimiento, rentable y limpia, generadora de oportunidades, integrada por personas responsables, innovadoras y comprometidas con la mejora continua, trazan el camino de cara a los próximos años.
Sobre este tema, concluyen que Apelsa busca expandir aún más su impacto en el mercado con la construcción de una nueva planta en 2024, que tiene como objetivo obtener un mayor alcance para sus clientes en México y Europa.
Sin duda alguna, la empresa potosina tiene todos los “ingredientes” para garantizar su permanencia en el sector que hoy representa, siempre regidos por los valores de Respeto, Educación, Responsabilidad y Honestidad que los caracterizan.