Por María José Valdez Martínez
Co-fundadora 02X y Venture Studio México
Home office: Estar en tu casa en pijama, viendo la televisión, sin trabajar; es decir, recibir un sueldo por estar de vacaciones. Una oportunidad más para el trabajo fácil… Ésta es la definición de quienes reniegan de esta nueva modalidad de laborar.
Según la empresa de talento Manpower, el 57 por ciento de las firmas en México ya implementan esta forma de trabajar. Otro estudio de PwC indica que los horarios flexibles, seguido del sueldo, son la segunda prestación que más buscan las nuevas generaciones. De ahí, la fama de que no queremos trabajar, otro mal entendido.
La mayoría de los puestos, que no involucren a la producción o las relaciones públicas, presentan resultados virtuales, por lo que no tiene mucho sentido estar supervisando cómo una persona teclea una computadora. Lo que en realidad se debe revisar es el resultado final. Venimos de un siglo acostumbrado a medir la actividad, pero debemos cambiar a medir el resultado.
Entre más alto sea el rango de un trabajador, hay más posibilidades de medir su productividad con base en resultados y de manera virtual. Y es que es aún más fácil medir la actividad laboral cuando las únicas herramientas que se necesitan para llevarla a cabo son computadora, teléfono e internet.
No estoy diciendo que sea muy simple para todos los empleos, pero es importante que a quien se le dé la oportunidad de trabajo remoto sea una persona que ya logró el dominio de sus habilidades y ya haya alcanzado independencia en cuanto a sus objetivos. Un perfil adecuado para trabajar desde casa es alguien con disciplina, que ha demostrado que no necesita que lo estén empujando a cumplir sus tareas.
Sin embargo, no se recomienda eliminar al 100% el human touch. Lo ideal es implementar ambos esquemas: el home office y el presencial, sobre todo si son puestos directivos o que tienen a su cargo a otras personas de la organización. Una buena recomendación es comenzar con al menos un día a la semana de home office con algunos puestos que lo requieran y evaluar cómo fue todo, para después abrir la posibilidad de más días y más personas colaborando de esta manera.
Los traslados diarios de casa/oficina y viceversa representan una cantidad de tiempo considerable, tiempo que podría utilizarse para comenzar a trabajar de inmediato. Este punto es cada vez más aceptado, sobre todo en ciudades grandes y con problemas de tráfico. Empresas globales cuentan con lugares físicos únicamente para cubrir necesidades específicas y no obligan a los empleados a asistir y cumplir con horas laborales determinadas, las cuales, por más que sumes, nunca garantizan productividad.
Te podrás preguntar en qué o a quién podría beneficiar el home office…. Como lo mencioné en el párrafo anterior, a personas que viven lejos del lugar de trabajo y se les dificulta llegar a él, mamás, papás, empleados que deben mudarse de ciudad, amas de casa, personas con múltiples trabajos y que buscan cumplir sus responsabilidades a diferentes horas de cada día. O simplemente habría que hacerlo por romper con la rutina diaria y cambiar de aire.
Es un hecho que un buen colaborador logrará los mejores resultados en cualquier sitio y uno malo nunca dará los resultados esperados por más que lo mantengan en una oficina por determinadas horas.
Otros beneficios del home office son:
- Evitar interrupciones aumenta la concentración y, por ende, la productividad. Está demostrado que cuando alguien interrumpe a los demás, los otros tardarán 10 minutos para volver a concentrarse. Un estudio de Stanford arrojó que los empleados que trabajan desde casa son un 13 por ciento más productivos a comparación de aquellos que no lo hacen.
- Se evita el síndrome “juntitis” (juntas innecesarias).
- Retención y atracción del mejor talento sin importar su ubicación.
- Nadie que tenga la oportunidad de trabajar desde casa querrá abandonar su empleo y, por lo mismo, no querrá defraudar a la empresa.
- La urgente necesidad de tomar vacaciones disminuirá: los empleados lo verán como un break, aunque estén trabajando.
Ahora, ¿cómo lograr un home office exitoso sin que todo se salga de control?
- Políticas sólidas.
- Metas claras: ambas partes deben tener claro qué es lo que se espera de la jornada laboral.
- No perder comunicación con el equipo: continuamente se deben reportar avances y retroalimentación.
- Tener un sistema adecuado: existen plataformas como Monday, Asana, Teamwork, que pueden ayudar.
- La confianza es importante.
- Acordar con el jefe directo los horarios en los que los colaboradores estarán disponibles: el hecho de que trabajen desde casa no quiere decir que estarán disponibles las 24 horas.
Así como se habla del “apocalipsis del retail”, también se está poniendo de moda el hablar sobre el “apocalipsis de la asistencia diaria a la oficina”; pero estos fenómenos no son del todo ciertos, sino que más bien las experiencias físicas deben aliarse con las facilidades virtuales y tecnológicas, ya que se debe lograr una buena mancuerna entre ambas partes para ser exitoso.