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Tres indicadores que guían la evaluación empresarial

Por: Xicoténcatl Morales Hurtado, CEO Gestión Avanzada

En todos los cierres de año debe existir un proceso de evaluación que ayude a los empresarios a medir cuánto ganaron, cuánto perdieron, cuánto avanzaron, cuánto crecieron y cuánto más deben analizar sus negocios para iniciar un nuevo ciclo. 

La evaluación es un desafío tanto para los gerentes o directivos como para los empleados. Después de casi dos años de irregularidades (laborales, financieras y organizativas), generadas en o a partir de la pandemia, los ritmos de las organizaciones siguen sin encontrar un cauce objetivo que les permita definir con precisión qué fue lo que más cambió y qué es lo que la empresa debe aprender para recuperar su productividad.

Los líderes de empresa y dueños de negocio que adoptan una perspectiva de cambio y adaptación, pueden encontrar en un proceso evaluativo herramientas que no sólo pueden ayudarles a sobrevivir sino a replantearse el futuro de su propia compañía.

Cerrar el ciclo y entender la evaluación 

Pues bien, aquí estamos nuevamente. Cerrando un 2022 agitado por varios factores que ponen nuevamente a las empresas en el centro de la vida económica. 

Este año, muchas empresas regresaron al campo de batalla y siguen intentando recuperar sus números positivos. Las más innovadoras hoy trabajan con procedimientos tecnológicos más revolucionarios; las menos, y aunque sus cambios parecen precarios, aprendieron grandes lecciones: hacer flexibles las jornadas para su personal, abrir canales de comunicación en redes sociales, pedir asesoría sobre MKT digital, reinventar su cadena de valor, etc.    

Cualquiera que sea el tipo de estrategia que estés adoptando para terminar este año es importante cerrar el ciclo y usar un proceso de evaluación que te permita descubrir cómo puedes poner a trabajar a tu favor el aprendizaje adquirido. 

Asimismo, cabe recordar que la evaluación no es lo mismo que fiscalización. La evaluación es un proceso cognitivo que producirá enseñanzas empresariales. Te ayudará a reconocer áreas de oportunidad, pero también logros y fortalezas.  

Tres indicadores que guían la evaluación empresarial

Existen muchos modelos de evaluación de la gestión empresarial. Sin caer en fórmulas rígidas, a nuestros clientes siempre les sugerimos que adapten el que mejor cumplan con sus necesidades y expectativas.  

La evaluación puede comenzar por una parte de la cadena de valor o bien por un departamento en especial. Lo importante es obtener e interpretar los datos que deseamos recabar para contar con información suficiente que nos ayude a emitir un juicio objetivo sobre al menos tres indicadores: eficacia de la empresa, rendimiento de la empresa y sostenibilidad de la empresa. 

1) Eficacia

La eficacia de la empresa habla del grado de cumplimiento de objetivos, metas alcanzadas con los costes etiquetados, productos entregados al cliente, cumplimiento con los ciclos operativos y, sobre todo, crecimiento de la misma en términos de oferta bien recibida. La mejor forma de evaluar este criterio es con indicadores desarrollados sobre los servicios o productos más valorados.

2) Rendimiento

El rendimiento de la empresa nos orienta a pensar en la relación que existe entre el tiempo empleado para lograr exitosamente los procesos de la unidad de negocios y los recursos invertidos en sus variables más comunes: humanos, financieros, tecnológicos y de infraestructura. 

Recuerda que la guía del rendimiento se encuentra en las partes móviles de tu empresa: personas realmente activas, horas trabajadas, flotillas para hacer delivery, comisiones entregadas, etc. Una forma útil de evaluar este factor es a través de un proceso de semaforización que contemple, como línea base, dos ciclos anteriores previos al periodo que deseas evaluar y así contrastarlo con el presente por medio de índices y escalas realistas.  

3) Sostenibilidad

La sostenibilidad de la empresa es un estándar para medir qué papel y lugar juega la empresa en el mercado donde se inserta, cuál es el balance que puede hacer con respecto a sus más cercanas competidoras y qué futuro mediato o de largo plazo se espera alcanzar si se modifican algunos aspectos clave que demandarían más inversión, ampliación de una planta, cambio territorial o un factor que cambiaría la estructura de la misma. 

Un recurso muy ilustrativo para evaluar este último ítem es preguntar a la comunidad de clientes. Las encuestas de satisfacción con base en design thinking pueden ser una excelente opción.  

Empresas evaluadas significan empresas adaptables. Si estás abordando con tus equipos de trabajo procesos de evaluación en este cierre de año, asegúrate de plasmar con la mayor precisión los tres indicadores comentados para que tu examen sea profundo, nutritivo y transformador.

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