La industria de la construcción es uno de los motores de la economía en México; sin embargo, además de sus desafíos económicos, también presenta retos importantes en materia medioambiental. En 2018, el informe “GlobalABC Roadmap for Buildings and Construction 2020-2050”, publicado por el Global Alliance for Buildings and Construction, reveló que este sector era responsable del 39% de las emisiones del CO₂ en el mundo.
Según datos del 2018, se señaló que el sector de la edificación y la construcción representó el 36% del uso final de energía. De las emisiones de CO₂, el 11% se debía a la fabricación de materiales de construcción. La Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI) coincide en estos resultados, al apuntar que el sector de la construcción era responsable de cerca del 50% de las emisiones contaminantes en México.
Una investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a cargo de Michael Mauricio Muñoz Socha, publicada en 2016, explica que una cantidad importante de factores en esta industria causan un impacto ambiental negativo, como los materiales empleados a través de procesos industriales contaminantes, así como la destrucción de áreas verdes y el impacto en la generación de residuos de la construcción y demolición (cuyos desechos se depositan en rellenos sanitarios). Esto se suma a la falta de aprovechamiento y reciclaje de materiales.
Algunos de los retos más próximos para el sector serán generar la eficiencia energética para reducir el uso de materiales y del carbono incorporado, así como apoyar la adopción de sistemas que funcionen con bajas emisiones de carbono y con energía renovable, según reveló Global Alliance for Buildings and Construction.
¿Cuál es el panorama mexicano?
A nivel nacional, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que, a tasa anual y con cifras desestacionalizadas, el valor real de la producción de las empresas constructoras en México creció 36%, a noviembre del 2023.
Las obras de transporte y urbanización tuvieron la variación porcentual anual más alta, al reportar un 112.2%, según los resultados de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC), mientras que las obras de electricidad y telecomunicaciones tuvieron una variación anual de 83.8%; seguido de las obras de agua y saneamiento (con el 35.5%) y las obras de edificación (23.6%).
Diversos organismos laboran para afrontar estos desafíos; por ejemplo, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) trabaja con el Plan de Manejo de Residuos de la Construcción y la Demolición que promueve la construcción sustentable.
De acuerdo con el cuarto informe de labores de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), del 2021 al 2022, México tiene la meta y compromiso de reducir para el año 2030 el 22% de sus gases contaminantes.