Dos estudiantes hidrocálidas convirtieron lo que parecería un desecho inservible en un material similar a la madera. Se trata de Mariana Alcalá y Eslin Guerrero, universitarias de la licenciatura en Diseño Industrial de la UAA, quienes encontraron la fórmula para transformar las colillas de cigarro en auténticos muebles para decorar hogares y oficinas.
Ambas crearon “BI-USE”, un proyecto que resultó ganador en la competencia “Emprende UAA” -en la que participan más de cien iniciativas de emprendimiento-, dentro de la categoría Impacto Social y Medioambiental. Con su idea, éstas millennials buscan reducir el impacto negativo que las colillas de cigarro generan al medio ambiente, lo cual se traduce al mayor ente contaminante de los mares, de acuerdo con un reporte elaborado por la organización internacional Ocean Conservancy.
Aguascalientes queda ad hoc para un proyecto como éste. Según la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT), la entidad se encuentra arriba de la media nacional en su porcentaje de fumadores, ya que el 22.6% de la población hidrocálida es consumidora de cigarro. El mismo reporte estima que las escuelas son de los lugares donde más circula este vicio.
¿Qué significa esto? Además de severos daños para la salud de muchos aguascalentenses, también un clúster activo de proveedores de colillas. Mariana y Eslin analizaron este panorama y diseñaron lo que además de ser un emprendimiento innovador genera conciencia sobre el alto consumo de cigarro que existe en el estado y el resto del país
“Podríamos juntar los cinco mil millones de colillas que producimos al año en México y darle cuatro vueltas al mundo (…) Como diseñadoras industriales tenemos el compromiso de no generar más residuos sino aprovecharlos y hacerlos funcionales”, señalan las emprendedoras.
¿Cuál es el proceso?
Para consolidar el proyecto, Mariana y Eslin integraron ingenieros bioquímicos a su equipo con el objetivo de hacer un análisis científico sobre el proceso a seguir para aprovechar las colillas. En conjunto determinaron que era posible aprovechar los residuos para producir celulosa, una especie de biopolímero que al ser sintetizado genera un material sólido.
De esta forma, diseñaron un proceso de recolección y desintoxicación de las colillas para generar un material semejante al algodón. Éste se combina con aserrín y se moldea para crear un producto similar al MDF, una especie de madera reconstituida que se obtiene de residuos de madera dura.
Un bloque hecho de este material que mide aproximadamente 30 centímetros cuadrados está conformado por poco más de 200 colillas de cigarro. El producto está libre de olores y contaminantes, es resistente y ya barnizado y pintado puede convertirse en una mesa, silla o cualquier mueble para decorar un espacio.
¡A emprender!
Después de hacer un análisis de mercado, Mariana y Eslin encontraron que existen pocas personas y empresas que aprovechan las colillas de cigarros para hacer productos. “Hay algunos casos de fabricación de prendas o pastas de libros pero con poco porcentaje de colillas, por lo que es un mercado aún cautivo”.
Gracias a esto, ambas han encontrado grandes oportunidades para explotar su idea y convertirla en una empresa formal. Subrayan que con estos residuos no solamente es posible fabricar muebles sino también productos como filamentos para impresoras 3D, marcos para lentes, entre otros.
Para lograr su meta buscarán captar la atención de inversionistas y socios estratégicos que cooperen en optimizar sus procesos de recolección, producción e incluso su proyección comercial. “Se pretende que al gobierno le interese apoyar en este sistema de recolección. Colocar botes especiales para colillas en lugares de entretenimiento y otros puntos de recreación”.
Por lo pronto, su primer mesa fabricada con colillas de cigarro ya tiene precio. Está por debajo de los $1,500 pesos, lo cual refieren que es hasta un 50% menor que el precio de otras mesas similares. De cara a su egreso de la universidad, las futuras empresarias han convertido un proyecto escolar en lo que puede ser una compañía pionera y sustentable:
“Es un producto que se puede aprovechar y que ofrece la misma resistencia y durabilidad con un precio competitivo. Nuestro proyecto nació del corazón y hemos podido lograr mucho con entrega y pasión. Sólo hay que ponerle ganas y las cosas se irán dando”.