Teniendo al “servicio” como leitmotiv y los números como pasión, Julio Alfonso Santaella Castell es el actual presidente del Instituto Nacional de Geografía de Estadística y Geografía (INEGI).
“Yo fui scout y, desde entonces, mi vocación es el servicio […] A muy temprana edad me emocionaba con los números, pero luego descubrí mi pasión por los asuntos sociales; ambas conjugadas son la economía empírica, aquello que está pasando en la realidad”, apuntó.
Julio Santaella cuenta con una licenciatura en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, así como un doctorado en la misma materia por la Universidad de California en Los Ángeles. Además, cuenta con especializaciones en teoría monetaria, economía internacional, desarrollo económico, entre otros.
Como profesional, colaboró en la Secretaría de Hacienda, donde participó en la producción de uno de los “primeros modelos macroeconométricos en el país”. Posteriormente, pasó cinco años en el Fondo Monetario Internacional, trabajando directamente con países como Irlanda, Sudáfrica o Vietnam.
Regresando a México, fungió como catedrático. Poco después, colaboró en la Asesoría de la Junta de Gobierno del Banco de México, así como en Investigación Económica. Más tarde laboró en Operaciones de la Banca Central —manejo de reserva internacional, operaciones cambiarias y gestión de agente financiero del Gobierno Federal—.
Con las reformas estructurales impulsadas por el presidente Peña Nieto, Santaella colaboró en la conformación del Fondo Mexicano del Petróleo, hasta que el Ejecutivo Federal lo nombró presidente del INEGI en 2016.
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Dirigir en tiempos de crisis
Declarada la fase tres de la pandemia, se prohibió expresamente el levantamiento de censos y encuestas; afortunadamente, ya se había acabado el levantamiento. No obstante, muchas actividades y entrevistas regulares se vieron afectadas, por lo que el INEGI se reconvirtió para continuar otorgando información.
“Una prioridad para mí fue no dejar a México en la oscuridad estadística, así como ocurrió en otros países”, arguye.
La importancia de la información estadística, señala el funcionario, radica tanto en ser un instrumento clave para el desarrollo de políticas públicas como en proporcionar a los diferentes usuarios «datos veraces, oportunos, pertinentes y de calidad» para la toma de mejores decisiones:
“Hacer política pública no es jugar a la piñata; cuando tienes los ojos vendados, no atinas con los objetivos. Para ello, se necesita hacer un diagnóstico correcto y luego hacer las políticas correctas. Nuestra tarea es sólo la primera parte”.
Por lo anterior, y aún en épocas inciertas como la ocasionada por el COVID-19, el objetivo que se planteó al llegar a la institución sigue tan vigente como antes: «Mi propósito al llegar al INEGI era gestionar una institución alrededor de sus usuarios”, concluye.