Es necesario un cambio en el modelo educativo que incorpore la educación para la salud y que contemple centros satélites para la promoción de estilos de vida saludables, consideró Mario Acosta Mejía, médico egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y maestro en neurociencias.
En el marco de su ponencia “Healt Span, life Span y longevidad exitosa: la nueva tendencia en salud en México” ante socios de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), el especialista enfatizó que la falta de educación para salud, con un enfoque preventivo, es uno de los principales problemas de México y que ha desencadenado consecuencias como falta de infraestructura médica y desabasto.
“La educación para la salud radica principalmente en lo que llamamos estilos de vida que a veces se dice con mucha liviandad y no es así. El estilo de vida inicia con un proceso de salud mental”, advirtió.
Enfatizó que para impulsar una educación para la salud, es necesario invertir en la prevención y en la promoción.
Ello, expuso, implica cambiar el pensamiento del modelo educativo, pues se debe priorizar la capacitación de los docentes y de quienes realizan los contenidos educativos. Ejemplificó que con modelos médicos preventivos en Japón la esperanza de vida es de 90 años en promedio, mientras que en México es de 74 años.
Aunque en México se han implementado cambios como el etiquetado de la comida chatarra, Acosta Mejía recalcó que si bien esto es un “gran paso”, no es suficiente, pues a pesar de conocer los riesgos que implica el consumo de comida su consumo, la población continúa con estos hábitos.
“Quien fuma ve la cajetilla y ni siquiera ve la imagen de lo que está ahí, ya sabe que le hace daño. Cuando compra uno cualquier alimento chatarra ya sabe que le hace daño, sin embargo, pareciera que no importa. Se requiere mucho más que eso”, dijo.
Necesario una reforma de base para la educación para la salud
En la actual administración federal se implementó un nuevo modelo de educación, sin embargo, Acosta Mejía apuntó que los nuevos contenidos tampoco proponen un cambio en la salud preventiva, por lo que dijo, es necesario una reforma de base que resuelva las problemáticas actuales.
“Se requeriría una reforma de base que fuera muy agresiva y en donde los legisladores impulsaran todo esto con una visión mucho más global y menos reduccionista”, finalizó.
Esta reforma tendría que contemplar aspectos medulares como la prevención y que existan centros satélites que operen como promotores de la salud, en donde, los hospitales puedan canalizar a pacientes para que se eduquen sobre sus padecimientos e incorporen un estilo de vida saludable.