La empatía es uno de los valores más importantes dentro de la actividad médica; motivo que llevó a la Dra. Daniela Medina a inclinarse hacia la Pediatría. Previo al ingreso a la especialidad en la Universidad Autónoma de Coahuila, realizó sus estudios de Medicina General en la misma institución. Según menciona, el interés por el área surgió mientras realizaba sus prácticas hospitalarias:
“Cuando estaba en la universidad me interesé por la Pediatría; en mis prácticas me sentía identificada con los niños y me entusiasmaba ver cuando les ofrecíamos alternativas para que salieran con buen estado de salud. A todos los pacientes los veo como mis hijos, así que busco protegerlos y solucionar sus problemas ”.
Desde el inicio ha edificado una trayectoria fructífera dentro del sector privado, pues poco después de graduarse se mudó a Zacatecas, junto a su esposo, para integrarse al Hospital San Agustín. El compromiso que tiene hacia la salud se ve reflejado en la certificación que tiene como pediatra y su nombramiento como consultora internacional de lactancia materna (IBCLC, por sus siglas en inglés), el máximo grado al que puede aspirar un experto en el tema.
Lactancia, la primera opción
Zacatecas es pionero en la práctica, lo que encaja con los intereses profesionales de la Dra. Daniela Medina. Realizó la maestría en especialidad en Lactancia Materna en la Universidad de Blanquerna de Barcelona, España. Además, forma parte de la mesa directiva del Comité de Lactancia Materna del Colegio de Pediatría del Estado; desde el que se pretende promoverla de manera interinstitucional y generar estrategias para facilitar la tarea a las madres.
“Tengo la meta, a corto plazo, de posicionar al Hospital San Agustín en el primer lugar en lactancia materna y tratar que sea un amigo de la madre y del niño. Actualmente estoy en un diplomado en el Código Internacional de Comercialización de sucedáneos de leche materna de la OMS y la IBFAN”, explicó.
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Con relación a lo anterior, cabe destacar que forma parte del programa integral de lactancia universitaria de la Universidad Tecnológica de Guanajuato, donde hizo el curso para ejercer como asesora y promotora; lo que le abrió las puertas para practicar la docencia en la misma área.
Distinguir los conocimientos en el otro
Parte de su ejercicio médico complementa las labores de su esposo, el Dr. Sergio Covarrubias. Juntos han generado sus propios puntos de vista, lo que permite una forma de trabajar diferente, pero igualmente efectiva. Tienen certificaciones juntos en temas relacionados a partos humanizados, partos respetados, reanimación neonatal, entre otros.
“Estamos en el mismo canal; tenemos los mismos conocimientos y bases profesionales. Es muy divertido trabajar juntos, preocuparnos por la salud de nuestros pacientes, tanto de la madre, como del bebé”, exclamó.