Con el inicio de año nuevo muchos de los deseos para los demás han sido expuestos y en esta ocasión el obispo Sigfredo Noriega demostró sus intenciones para los zacatecanos.
En un comienzo agradeció por el año que terminó, y deseó felicidad y paz diaria para los caminos recorridos que se crean cotidianamente. También creó una invitación hacia la reflexión de lo vivido, así como la esperanza que aguarda este año nuevo.
En el primero de los puntos inició con una interrogativa acerca de cómo llevar a cabo las experiencias del año anterior al presente. Con detenimiento de pensar sobre lo que pasa día con día. Todo con lo se encuentra día con día personas, acontecimientos, sucesos tanto personales como globales, todo ha dejado una enseñanza en cada uno de nosotros.
Hay que reflexionar sobre los sucesos más cercanos que denota el entorno social en que desarrolla cada una de las personas; un poco más lejos de nuestro familiares y personas que comparten un lazo sanguíneo, las personas que comparten un mismo contexto deberían saber que cada las relaciones de las que compartimos es esencial para el desarrollo.
También habló sobre el problema de la inseguridad en el estado, y las afectaciones que sufre cada uno de los ciudadanos, a causa de las violencias “también las políticas que minimizan polarizan y dividen”. Aclaró que las causas se confunden con las secuelas que los estragos dejan en la sociedad.
Pues según menciona, factores como la diversidad de pobreza, desconfianza, desesperanza, miedo, incertidumbre las frágiles relaciones de las relaciones sociales, entre otras cosas. Hizo una invitación a cambiar sobre el panorama que nos rodea, pues pareciera ser que la realidad que se vive no concuerda con la versión oficial, pues se nota una distancia entre estas dos.
En un tercer punto habla sobre un regreso a la casa interior, la ética y moral. Pues al reconocer cada una de las vivencias se pueden aceptar cada una de las decisiones, así se fomenta una esperanza.
Para el cuarto punto, plantea una incentivación para tener una mejor vida digna llena de solidaridad y paz permanente. Enuncia que la esperanza y la paz son conceptos que van de la mano para el desarrollo pleno en la ciudadanía “Por algo el día primero del año fue instituido como el Día Mundial de la Paz; la iglesia se une a esta intención con la Jornada de Oración por la Paz”.
Estos fueron algunos de los deseos que manifestó el obispo, para la bienvenida de un nuevo año, llenos de retos y proezas.