Carlos de Luna Arce, MINT Mercadotecnia Integral
carlosdeluna@mktintegral.com
Uno de los valores más deseados en una persona es la verdad, que se puede considerar como la mejor amiga de la confianza, la lealtad y, por consecuencia, de la perseverancia. ¿Quién no quiere fundamentar su familia, su negocio y sus amistades en la verdad? Actualmente, los individuos y las empresas destacan por su integridad, por ser como decían en la escuela cuando yo era pequeño: “Hombres de una sola pieza”; pero sobre todo, por la confianza que transmiten y comparten a los demás.
Una compañía que trasciende es la que se ocupa de ofrecer credibilidad a sus clientes, tal es el caso de Kunderman. Este despacho con 30 años de experiencia tomó la decisión de reinventarse y revitalizar su marca.
Para los profesionales de la firma, este momento es el ideal para comunicarle al mercado que han transformado sus procesos y estructura con el fin de tener una nueva imagen. No se trata solo de cambiar el nombre, pues se han ocupado de mantener el principio de ofrecer certeza y confianza: ellos entienden que el trabajo colaborativo comprende el aporte de especialistas, los cuales ─en conjunto─ ahora promueven a esta organización con el acervo de su fundador, Héctor Hugo Vega Ponce.
Una nueva marca debe ser contundente, pasar por encima de lo que ya fue el negocio en sus inicios para evidenciar nuevos rumbos y estrategias que permitirán entablar una relación estrecha con el mercado. También, implica integrar a las generaciones más jóvenes, las cuales aportan parámetros de atención frescos sin dejar de lado los valores organizacionales. Kunderman tiene en cuenta lo anterior y por eso decidió darse una mayor vitalidad: ha pensado y estructurado bien su identidad corporativa, por lo cual se proyecta como una firma fuerte y a la vanguardia.
El reto de construir una nueva marca comprende la elección correcta del nombre, ya que de no hacerlo, se puede acabar con la posibilidad de atraer más clientes. Además, la imagen completa debe ser sólida; promover los valores organizacionales; mostrar una identidad gráfica de tamaño y colores impactantes, balanceados y amigables; manifestar de forma clara los objetivos y el mercado que la empresa atiende… Por supuesto, sin olvidar que para lograr todo lo mencionado se ocupa de un nuevo presupuesto de implementación, el cual considera el marketing tradicional y el digital.
Revitalizar o renovar la identidad corporativa es todo un desafío. Kunderman decidió asumirlo y va por buen camino. Crear clientes y mantenerlos implica ganarse su confianza; Kunderman lo ha hecho por medio de su trabajo. Por estas razones, sus clientes los recomiendan, los sugieren y los respaldan.