La bioética es un puente entre las ciencias y las humanidades; es un encuentro entre esferas divorciadas desde el siglo XVIII. Su logos o “forma de expresión” está dado en términos de una ciencia humanizada y/o de un humanismo razonable.
Todas las esferas conservan sus “atributos” y competencias. La bioética no es una parte de otra disciplina o de otra ciencia, es una disciplina dialógica y como disciplina dialogal, es una escuela de deliberación, que hace cavilaciones, “dilucida” y expresa en forma clara sus posicionamientos.
Propuesta de escala de valoración, flor de cumplimiento y análisis de la narrativa bioética
La bioética parte de cuatro principios: No maleficencia, Beneficencia, Autonomía y Justicia. En bioética clínica los principios invocan:
La no maleficencia, como un principio básico de no dañar, de no hacer daño: incluye el deber de no abandono; un elemental principio precautorio; actuar con responsabilidad personal, profesional y familiar.
La justicia implica respeto por los derechos humanos; la equidad y no discriminación en el reparto de recursos; la protección del más débil y la eficiencia profesional que permite la continuidad en la atención.
La autonomía promueve la competencia y la libertad responsable, como el consentimiento informado y todo aquello que garantice la confidencialidad.
La beneficencia se aplica a la calidad de vida, la excelencia profesional y la humanización del cuidado; implica solidaridad, compasión y ética del cuidado.
Si se califican de cero a cinco las 20 variables de los cuatro principios, tenemos la posibilidad de contabilizar una valoración de cumplimiento de principios bioéticos de escala 100.
La bioética presenta tantas bondades que la propia flor de cumplimiento permite valorar una narrativa bioética desde la óptica de una institución, de una sociedad o de un dilema científico o social. La Academia Nacional Mexicana de Bioética aporta una propuesta sobre el manejo integral de la pandemia.
En el análisis de la narrativa, si partimos de una situación inicial en la que no teníamos pandemia, y fuimos como sociedad transitando hacia una encrucijada en la que cada vez se apreciaba más la presencia del contagio, llegamos a una sociedad con una segunda situación, con pandemia, distinta diametralmente a la primera.
Suponemos que los cuidados, los tratamientos y vacunas nos llevarán a una situación de alivio en la que se va ir contradiciendo la segunda situación, hasta recuperar la normalidad de la primera. En cada una de las etapas se pueden hacer valoraciones bioéticas.
En el cuadro de oposición iniciamos con la oposición entre S1 y S2, una sociedad sin pandemia a una en medio de la misma. El cuadrado semiótico implica, además, la existencia de otros conceptos llamados ~S1 y ~S2, que tienen las siguientes relaciones con el resto del conjunto: S1 y S2: se oponen S1 y ~S1, S2 y ~S2: se contradicen S1 y ~S2, S2 y ~S1: se complementan.
Es normal hacer este tipo de ejercicios entre expertos, pero debe abrirse a la sociedad en general. Todos podemos opinar sobre la coyuntura que estamos viviendo y particularmente sobre sus implicaciones, dado que nos encontramos inmersos en ellas.
Se utiliza una escala que va del 0 al 5 con posibilidad de utilizar decimales. La sumatoria final de los participantes en lo individual como en colectivo es de suma 100.
La Comisión Nacional de Bioética hace notar que, en el caso de esta nueva pandemia, resulta indispensable un enfoque sincronizado para el éxito de cualquier esfuerzo de respuesta. Todos los miembros de la comunidad global debemos actuar en solidaridad, ya que todos los países comparten una vulnerabilidad común a la amenaza de enfermedades infecciosas.