De acuerdo a diferentes proyecciones como las de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), la recuperación de la industria automotriz sería hasta 2024, cuando la industria regrese a los niveles de venta de 2019.
En un escenario más optimista, BBVA Research, en su reporte sobre la “Situación Sectorial Regional México”, pronosticó que la recuperación vendrá a finales de 2021 o inicios de 2022. Señala que tal recuperación sería posible si se mantiene la demanda global de vehículos terminados y autopartes, así como el dinamismo de la economía estadounidense.
A la escasez de semiconductores que frenó a la producción automotriz en México, la crisis en el sector se agudiza por los paros técnicos de este año, así como por los problemas en el suministro de insumos y la lenta actividad portuaria que limitó la exportación e importación de productos.
En este sentido, Luis Alberto González Olvera, director del Clúster Automotriz de San Luis Potosí, detalló que rumbo al 2022 las empresas del sector se alinearán a los cambios que demanda la industria:
- Reconfiguración de la cadena de suministro
- Uso de energías limpias
- Fabricación de vehículos eléctricos
- Educación dual con las instituciones educativas
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Si bien considera que el desabasto de semiconductores es un freno que seguirá por al menos dos años más, explica que hay factores internos que dan certidumbre sobre la recuperación de la industria en San Luis Potosí, como el ritmo de vacunación o las acciones para evitar la propagación del virus en centros de trabajo.
Del mismo modo, destacó que el reciente cambio de semaforización origina una mayor apertura de negocios e incentivó el consumo en sectores industriales y comerciales:
“Estas acciones nos permiten mantener la actividad productiva, una evolución de los indicadores económicos, así como el dinamismo comercial que se refleja en mayor consumo”, indicó.
Agrega que la atracción de inversiones, dadas a raíz de las políticas del gobierno estatal saliente, también ayudaron a impulsar la economía de esta industria.
Señala que confía que la nueva administración tendrá una estrategia de proyección para impulsar al sector automotriz del estado, como líder en la región Bajío-Occidente.
Hacia una cadena de valor colaborativa
González Olvera precisa que la reciente caída de la industria automotriz da cuenta de la falta de visibilidad en la cadena de valor. A su vez, impidió que los fabricantes de equipos originales (OEMs) identificaran el potencial de riesgo asociado a costos-operaciones.
Desde otra perspectiva, añade que la contracción de la industria representa una oportunidad a favor de los fabricantes de automóviles para firmar nuevas reglas de compromisos y crear una cadena de valor más colaborativa, basada en la confianza de proveedores y fabricantes.
El ejecutivo recomienda identificar el origen de los componentes relacionados al ramo automotriz, así como qué proveedores pueden representar un riesgo futuro para el flujo de su cadena de suministro.
El ejecutar estos cambios generarían oportunidades de negocio para el sector automotriz, además de adaptarse al valor de contenido regional (VCR) que establece el T-MEC, el cual indica que un 75% de contenido integrado en los vehículos deberá provenir de Norteamérica. El otro 25% puede ser de cualquier otra parte del mundo.
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