El cacao es un ingrediente milenario que ha acompañado la evolución de nuestro país en materia gastronómica y económica. Sin embargo, más allá del simbolismo culinario, existe una conexión entre el mexicano de la actualidad y ese pasado prehispánico abundante; así lo señala Soraya Soto, fundadora de La Trufería.
Soraya relata que siempre ha sido amante del chocolate. Por ello, desde hace diez años, se dedicó a buscar a lo largo de la república los mejores lugares para comprarlo para consumo personal.
Por el mismo gusto, indagó recetas para preparar sus propias creaciones y así experimentar con este ingrediente. Con el tiempo, luego de muchas pruebas y errores, decidió regalarlas en fechas especiales.
La emprendedora queretana relata que, durante el proceso de experimentación, el chocolate la domó a ella y agrega que, en ese tiempo, su principal reto fue la paciencia. Por lo anterior, entendió que trabajar con chocolate es realmente un arte.
La Trufería de Soraya Soto
Soraya indica que, después de diez años de prepararlo para consumo personal y para regalos, decidió emprender. Asimismo, apunta que todo ha sido muy intuitivo, por lo que ha buscado mantenerse conectada con su pasión.
Por ello, y “en contra de todo pronóstico mercadológico”, decidió nombrar a su chocolatería La Trufería de Soraya Soto, debido a que quería que sus antiguos consumidores y amigos supieran dónde seguir encontrando sus productos.
Refiere que comenzó a involucrarse con lecturas serias sobre el cacao ancestral: “Fue así como descubrí un México prehispánico hermoso, realmente conectado con la naturaleza, con el respeto al cosmos, con los dioses. Descubrí un México abundante, a través del cacao”.
Desde 2008, con la premisa de usar ingredientes frescos y de alta gama, Soraya se encuentra en el mismo local. Recibe visitas de todo tipo, desde amistades, familiares y hasta colibríes —que han significado mucho en el mundo de La Trufería—.
Chocolate artesanal en medio de la pandemia
En la actualidad, un equipo conformado por tres mujeres, aún en medio de la pandemia, vende productos que no utilizan colorantes, moldes ni conservadores. Además, tienen belleza propia, al ser elaborados de manera artesanal sin intervención de ninguna máquina.
Actualmente, su materia prima consta de frutos secos y cacao nacional (principalmente provenientes de Tabasco), puesto que entre sus objetivos se encuentran apoyar al mercado nacional, así como mostrar a los queretanos que el chocolate mexicano es de alto valor —y que puede competir con cualquier producto extranjero—.
Finalmente, Soraya señala que, en la elaboración de las piezas, se conecta personal y emocionalmente con cada elemento y con cada ingrediente: “Me siento como una bruja haciendo la poción mágica en cada chocolate”.