Monterrey, Guadalupe y Juárez Nuevo León albergan uno de los íconos naturales más notables de la región, el Cerro de la Silla. Una elevación que forma parte de la Sierra Madre Oriental.
Su peculiar silueta, que semeja una silla de montar, le otorga su distintivo nombre, acuñado por el historiador portugués Alberto del Canto.
¿Cómo el Cerro de la Silla se convirtió en un área natural protegida?
Este majestuoso cerro, declarado área natural protegida en la categoría de monumento natural en 1991, se ha convertido en un símbolo internacional de Monterrey.
Desde sus alturas, se puede disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad, especialmente durante el pintoresco atardecer.
Además, para los amantes de la naturaleza y la historia, el Cerro de la Silla es un tesoro que guarda no solo paisajes áridos y vegetación semidesértica, sino también una rica biodiversidad. Entre los residentes destacados se encuentran el murciélago trompudo, el jaguarundi, el oso negro y el ardillón de las rocas.
Por otro lado, en 2014, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) lanzó el programa de trabajo monumento natural el Cerro de la Silla. Este documento tiene como objetivo preservar los ecosistemas esenciales, la diversidad genética y los recursos naturales del lugar.
Asimismo, el Cerro de la Silla ha desempeñado un papel pionero como la primera área natural protegida en adquirir tal categoría. La Semarnat, a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), supervisa y autoriza actividades turístico-recreativas y comerciales, así como filmaciones en este sitio.
Finalmente, la conservación del monumento natural implica la integración de desarrolladores, visitantes y pobladores en el proceso. Esto se logra mediante la aplicación de regulaciones y normativas actualizadas en las áreas naturales protegidas.
Te puede interesar:
Foro de Inversiones Turísticas: ¡Descubre oportunidades de inversión en Nuevo León!