La salud mental ha sido un tabú en México durante años. Las obligaciones, relaciones familiares, el machismo, la jerarquía y en general todo el contexto social y cultural han hecho a las afecciones de salud mental señales de vulnerabilidad. En un estudio realizado por Endeavor, el 50% de los empresarios tienen más probabilidades de sufrir ansiedad, insomnio, fatiga y depresión que las personas empleadas en relación de dependencia; pero para el 70% aceptar ayuda es un signo de debilidad.
Tres de cada cuatro mexicanos sufre agotamiento, ya que este es uno de los países en el que las personas cumplen con más horas de trabajo: 2,255 horas al año (472 más que en Estados Unidos). Y el agotamiento profesional, también conocido como “burnout” puede tener manifestaciones físicas y psiquiátricas como ansiedad, depresión, cansancio extremo y falta de motivación, e incluso pueden presentarse pensamientos de suicidio.
Las causas del burnout pueden ir desde las demandas relativas al trabajo, las relaciones interpersonales, el clima organizacional, el puesto de trabajo, el desarrollo de la carrera, aburrimiento, estrés, pobres condiciones económicas, sobrecarga de trabajo y falta de estimulación, entre otras.
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Además, una vez que la salud mental del trabajador empieza a decaer, es poco probable que este busque ayuda profesional, ya que de los entrevistados por Endeavor, ninguno se aproximó a recibir ayuda de especialistas debido principalmente al prejuicio cultural que existe en los temas de salud mental en el país, y a la falta de información para saber cómo empezar un tratamiento.
México, según la Organización Mundial de la Salud, es el segundo país con más estigma y discriminación en relación con los problemas de salud mental, en donde tan solo el 1% acude al psiquiatra de manera regular. Esto se debe a distintos mitos como considerar que nunca se sufrirá un trastorno de este tipo, que las enfermedades mentales son irreversibles o que son contagiosas.
Además, la falta general de especialistas en estos temas en el país es alarmante, ya que hay menos de cuatro psiquiatras por cada 100,000 habitantes. Seis de cada diez psiquiatras se concentran en las tres ciudades más pobladas del país: Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara. Y distintos estados no cuentan con ningún hospital psiquiátrico, además de que los costos de consulta promedio van de los 500 a los 1500 pesos, algo inaccesible en muchas ocasiones.
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Sobre este tema, Endeavor resalta que al menos 3% de los emprendedores informó haber tenido intento de suicidio, mientras que solo 1.4% informó haber estado en un hospital psiquiátrico.
El doctor Michael Freeman, doctor, consultor y especialista en salud mental en el emprendimiento explicó que las personas entre 18 y 26 años, un rango de edad común para iniciar empresas, tienen mayor riesgo de sufrir mala salud mental, dado que “la edad de aparición de la mayoría de las condiciones de salud mental es la misma que la edad típica de aparición del espíritu empresarial”.
Para frenar la incidencia de este tipo de enfermedades, así como para concientizar a la sociedad, es necesario realizar una evaluación exhaustiva, así como respuestas personalizadas basadas en las experiencias y el contexto de vida para que los empresarios comprendan mejor cómo aumentar los niveles de bienestar en todo el ecosistema empresarial y reducir los tabúes de salud mental.
A la vez que se debe aumentar la resiliencia, es decir la capacidad para superar circunstancias traumáticas, donde es esencial la autoayuda, las redes de apoyo y el asesoramiento profesional. También es fundamental crear ambientes donde se normalice hablar sobre salud mental para evitar posibles estigmatizaciones hacia la población afectada.
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