De acuerdo con el INPC del INEGI, México cerró el mes de mayo con una variación inflacionaria de 7.6%.
Aguascalientes se colocó en la décima posición con un promedio similar al nacional (7.7%). No obstante, ambas variaciones rebasan el límite superior objetivo (4%) estipulado por el Banco de México.
Gabriel Reyes Berrueta, director de plaza en Monex Aguascalientes, destaca que los patrones de consumo y la disposición geográfica atenuaron dicha tendencia en la entidad.
Los patrones de consumo se relacionan directamente con el nivel de vida de los habitantes. Aguascalientes es una de las entidades con mejor nivel de vida en el país. A diferencia de otros estados, el patrón de consumo es distinto, ya que hay mayor gasto en educación, mantenimiento de automóviles o esparcimiento. Lo anterior hace que el impacto sobre el consumo en la canasta básica sea menor.
“Para las personas con una calidad de vida baja su patrón de consumo se fundamenta principalmente en alimentos y bebidas [productos en los que la inflación es más severa]. Para ellos, el impacto es muchísimo más fuerte. Esto provoca que los estados con mayor población vulnerable tengan inflación mayor, al incrementarse los precios de canasta básica y combustibles; usualmente son entidades con limitada infraestructura de vías de comunicación”, explica.
En los estados con alto nivel de desarrollo, los patrones de consumo se dirigen hacia la adquisición de otros bienes (vehículos o inmuebles) y servicios (como educación).
De manera generalizada, el precio de los bienes y servicios se ve afectado por los costos relacionados con la distribución; la ubicación y la geografía de nuestra entidad amortiguan el impacto inflacionario.
“No es lo mismo transportar productos en un estado donde te toma seis horas o más llevar productos desde la capital a otras poblaciones, a un estado como el nuestro, que se puede atravesar completo en un tiempo máximo de hora y media”, recalca.
No obstante, Reyes Berrueta prevé que, en una entidad eminentemente manufacturera, el aumento de costos en energéticos, metales como el acero y aluminio —a raíz del conflicto bélico en Ucrania— afectará directamente en las utilidades de las empresas.
Parte del impacto muy posiblemente se verá reflejado el próximo año en el consumo de los colaboradores; seguramente este será menor, al haber un menor reparto de utilidades, lo que desembocará en la desaceleración de la economía.
“El incremento en las tasas de interés por parte de Banco de México seguramente provocará que también se ralentice el nivel de gasto. En ese sentido, el banco central debe tener la contención de la inflación como su principal mandato”, declara.
Añade que las PyMEs se encuentran entre los sectores más afectados. En estas, el impacto directo en costos de producción no se puede solventar únicamente mediante sus utilidades. Además, suelen encontrarse en mercados muy competidos y tienen dificultades para acceder a líneas de crédito asequibles.
Gabriel Reyes recomienda tres vías para mitigar los efectos de esta tendencia inflacionaria:
- Plantear un presupuesto riguroso hacia los próximos 12 meses, definir decisiones de compra adecuadas y descartar gastos prescindibles.
- Anticipar la compra de bienes primarios de producción que serán indispensables para el flujo de ventas. Tratar de no sobre inventariar con ofertas poco analizadas o innecesarias.
Diversificar las fuentes de ingreso, buscar más clientes o explorar nuevas líneas de negocio. En caso de depender de pocos clientes, cuidarlos en extremo, mejorar el nivel de servicio y calidad de los productos.