Aunque el estado de Querétaro es un territorio históricamente abundante en agua, su Zona Metropolitana (ZM) —integrada por los municipios de El Marqués, Corregidora, Querétaro y Colón— presenta un estado hidroecológico crítico. Así lo reveló el estudio “Escasez provocada en la zona metropolitana de Querétaro”, elaborado por Bajo Tierra Museo del Agua.
La entidad forma parte de las cuencas del río Pánuco y del río Lerma-Chapala, mismos que equivalen al 31% de la longitud total de los ríos del país.
La organización Bajo Tierra Museo del Agua, que realiza acciones para promover el cuidado del recurso hídrico, alertó en su informe de un crecimiento progresivo en la degradación ecológica del estado. Dicha problemática se suma a la disminución de agua potable disponible y el aumento de dependencia de fuentes externas.
Datos retomados por Bajo Tierra Museo del Agua, del Instituto Municipal de Planeación de Querétaro (IMPLAN) y el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos revelaron puntos rojos sobre el recurso hídrico para la ciudad.
- Crecimiento acelerado.
- Aumento del consumo industrial.
- Fugas y sobreexplotación de mantos acuíferos y proliferación de pozos ilegales.
- Bajo nivel de mantenimiento y de reúso del agua residual.
- Incremento de riesgos asociados a hundimientos e inundaciones.
- Falta de una visión integrada de la cuenca en la gestión, la pérdida de zonas de infiltración y la débil gobernanza.
Según datos de la Comisión Estatal de Aguas (CEA), en Querétaro se pierde cerca del 40% del líquido por fugas, clandestinaje o mala medición.
“Tenemos que sumar a la demanda cerca de 100 litros por segundo cada año, que es lo que crece en la Zona Metropolitana de Querétaro. Si no crecemos el abastecimiento, vamos a estar entrando a un déficit”, alertó el vocal ejecutivo de la CEA, Luis Alberto Vega Ricoy.
Contaminación y desabasto
La organización Bajo Tierra Museo del Agua, indicó que la ZM de Querétaro enfrenta retos asociados a la disponibilidad del recurso, un rápido crecimiento urbano y la contaminación en fuentes de agua.
La situación se agrava por la impermeabilización y erosión del suelo, lo que propicia la pérdida de zonas de infiltración y alteraciones tanto en las temperaturas como en los fenómenos hidrometeorológicos. A esto se suma la apropiación del suelo urbano por grupos empresariales o políticos, lo que ha desencadenado una mayor especulación en el valor de la tierra y un fenómeno de acaparamiento.
Con la aplicación de encuestas, Bajo Tierra Museo del Agua reveló que la desigualdad de acceso al recurso se ha visto reflejada en el desabasto en zonas del centro, centro sur, norte, noroeste y oriente de la ciudad de Querétaro.
Al menos se identificaron 17 colonias con esta problemática, entre ellas, el Centro Histórico, la Alhambra, Claustros del Río, San Pedrito Peñuelas, Lomas de Casa Blanca, San José El Alto, Lamares, El Refugio, El Pueblito y Los Ángeles.
Aunado a la escasez del líquido, también abordaron los distintos grados de contaminación de los acuíferos, ríos y presas de la ciudad. Principalmente, por las descargas domésticas, industriales y agropecuarias, viven con esta situación el río Querétaro, el río El Pueblito y el arroyo Jurica.
“A nivel superficial, en la subcuenca del río Querétaro se han identificado más de 120 descargas de agua con grasas y aceites, fenoles, fluoruros, metales pesados, pesticidas y coliformes fecales, por encima de los límites permisibles, que representan riesgos para la salud”, advirtieron en su informe.
Sequía y sobreexplotación
La sequía es un fenómeno asociado a la ausencia temporal de lluvia. Sus efectos se reflejan en la reducción de escurrimientos e infiltración, aunado al aumento de evaporación y evapotranspiración, como señala el informe.
Este es un elemento importante en la crisis hídrica, pues de prolongarse puede generar problemáticas en la producción alimentaria, así como en la reducción de cauces y cuerpos de agua, o bien, provocar afectaciones en el abastecimiento de agua potable.
Para dimensionar la problemática que afecta a Querétaro, el organismo alertó que la entidad ocupa el sexto lugar nacional con mayor estrés hídrico en México. Su ZM presenta condiciones de escasez, alta vulnerabilidad y dependencia de fuentes externas, debido a que el 60% del agua que la abastece, con mayor densidad demográfica, viene de acuíferos sobreexplotados, mientras que el resto se transporta desde Hidalgo por el Acueducto II.
A su vez, el 82.2% del territorio del estado enfrenta sequía severa y el 17.1% sequía extrema, según el último informe del Monitor de Sequía en México, realizado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), al corte del 5 de septiembre del 2023.
Según este informe, los 18 municipios de Querétaro enfrentan un tipo de sequía: trece se catalogan con sequía severa y cinco con sequía extrema.
Finalmente, la organización alerta sobre la sobreexplotación de los acuíferos como uno de los factores que impactan en la crisis hídrica. En los últimos 26 años, la CONAGUA entregó siete mil 817 concesiones para la prestación del servicio en el estado.
Actualmente, presentan déficit los acuíferos que subyacen a la metrópoli, tales como el Valle de Querétaro, Amazcala, Buenavista, Huimilpan y San Juan del Río.
Según los datos más recientes de la CONAGUA, al corte del 18 de septiembre, las presas distribuidas en las regiones hidrológicas de Querétaro están a un 14% de su capacidad en promedio.
La región hidrológica Lerma Santiago mantiene los mayores niveles de agua, al presentar una capacidad del 40%, mientras que el Pánuco tiene un nivel del 6%. No obstante, cinco presas están a un 0% de su capacidad:
- Jesús María en El Marqués
- San Ildefonso en Amealco de Bonfil
- La Llave en San Juan del Río
- Centenario en Tequisquiapan
- La Venta en Pedro Escobedo
De acuerdo con Bajo Tierra Museo del Agua, para afrontar la crisis, es importante que se atiendan sus causas y fenómenos, como la contaminación o la falta de tratamiento de aguas residuales domésticas e industriales. Además, se requiere realizar una evaluación rigurosa del modelo de gestión privada del agua, así como implementar un diagnóstico puntual y reparar las fugas en la red pública.
En ese sentido, cabe atender los sectores científicos, los habitantes de comunidades y de quienes viven conflictos por el agua, regular los cambios de uso de suelo, e implementar estrategias y redes de monitoreo ciudadano sobre los procesos de extracción de agua.