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Wild Side Tattoo: La pasión se lleva en la tinta

El barrio de la Purísima lo vio crecer. Inquieto y con mucha ambición, a Rubén Reyes Arellano –apodado Japo por sus ojos rasgados– siempre le gustó dibujar. Sin darse cuenta, su técnica fue diversificándose hasta llegar al aerógrafo. Pintar playeras para un amigo, lo hizo dimensionar la calidad de sus trazos y el potencial de negocio que tenían.

Al poco tiempo, no solo hacía diseños en aerografía en playeras y mochilas; sino también en algunos negocios de indumentaria urbana, murales y hasta camiones de grupos musicales.

Joven y con ganas de crecer, cruzó la frontera con la determinación de ganarse un lugar en Estados Unidos; pero como le ocurre a muchos indocumentados, al llegar allá, su trabajo no era el soñado.

“En el 2002, me fui a California a pintar los lowriders pero, como todos, empecé en la construcción, haciendo jacuzzis. Después, trabajé pintando en la Harley Davidson; era una ocupación formal, que me daba para mantener a mi familia. Pero comencé a ver tatuajes muy bien hechos, me imaginaba mis diseños en aerografía hechos tatuajes y me animé a iniciar”, recuerda.

Rechazado, pero inspirado

Una visita por el estudio de tatuajes Por Vida Tattoo, en Los Ángeles, le mostró otra forma de vida. La tenacidad que lo caracteriza le permitió continuar perfeccionándose, a pesar de haber recibido un rotundo no, después de pedir una oportunidad.

Trabajé en una tienda que era un tianguis, donde se hacía lo más básico. Iba muy seguido Por Vida Tattoo a tatuarme y ver tatuar a Goethe, un tatuador mexicano que se había consolidado en Estados Unidos. Cada vez que iba, me presentaban al dueño. Un día, me animé a pedirle trabajo y me dijo: ¿Quién te dijo que era un lugar para aprender?”, relata.

“Nunca dejas de trabajar para la tienda: el 70 por ciento es tuyo y el 30 por ciento de la tienda».

Decidirse a dejar un empleo formal para ser parte del mundo del tatuaje fue una decisión arriesgada; pero sin duda, acertada. El cuerpo humano era su lienzo y aunque nunca tuvo clases de dibujo, su habilidad natural y constante exposición al arte visual, lo hicieron crecer.

Después de dos años de constante trabajo, Japo recibió una invitación de Tony Salgado, quien dirigía Por Vida Tattoo, para que fuera parte de su equipo.

“Por Vida me dio mucho más que conocer de agujas, técnicas, estilos; ahí empecé a hablar inglés, conocí otras culturas. Ellos me visualizaban más delante de lo que yo podía ver. Es el lugar donde más he aprendido cosas de la vida”, afirma.

La hora de convertirse en empresario

De regreso en Aguascalientes, luego de ocho años de haber vivido en el extranjero y haber terminado la relación con su esposa, Rubén abrió una pequeña tienda de tatuajes con su compadre; sin embargo, dejó el proyecto para continuar con el propio.

Fue durante su estadía en Europa, con uno de sus mejores amigos Dan Sinnes, cuando ahorró para abrir su propio estudio, comparó modelos de negocio y aprendió que la disciplina administrativa podía significar el éxito o el fracaso.

“Nunca dejas de trabajar para la tienda: el 70 por ciento es tuyo y el 30 por ciento de la tienda. Ese porcentaje lo inviertes en comprar mejores máquinas, en los tatuadores, libros… Debes pensar como un equipo”, explica Japo.

Wild Side Tattoo, ubicado en la calle Francisco I. Madero, era una bodega que carecía de personalidad. A tres años de su apertura, sus paredes están tapizadas de arte, sus áreas de trabajo reciben estadías de tatuadores extranjeros y su agenda está llena. Es un reflejo de la calidad de sus tatuajes, la cual lo ha consolidado como el mejor estudio en el estado.

Quienes siempre me han apoyado son mi hermana Gaby, toda mi familia, mis suegros y claro, mi esposa Erica, que siempre va a estar aquí. Yo creía que en México no se podía hacer nada: me di cuenta de que se puede hacer todo lo que tú quieras en el lugar donde estés. Entre más honesto seas, más te va a dar la vida”, menciona.

¿Cuál es el mayor acierto de su negocio desde la óptica de un mentor?

La disciplina. Una empresa tiene tres componentes: sabes hacer algo, sabes vender algo y sabes administrar eso. El tercer componente es el más ignorado y, muchas veces, el más importante.

Unreasonable México

 

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