Como cada Viernes Santo, familias leonesas y paseantes se reunieron para presenciar el tradicional viacrucis viviente, el cual, se ha caracterizado por el realismo con el que lo representan.
Este año festeja 63 años la representación, que por generaciones ha sido disfrutada cada año, excepto los dos años de pandemia.
Jóvenes que fueron testigos de la representación, hoy son abuelos y llevaron a sus nietos a ver el viacrucis.
A las 11:00 am comenzó el juicio del Mesías en un abarrotado atrio del Templo de Fátima, la marcha al «Calvario» inició en la calle Chiapas.
Continuaron las caídas por boulevard Las Palmas en la colonia Arbide, y luego en dirección a bulevar Campeche.
Así fue el recorrido donde varios cientos de personas se arremolinaban para ver el sufrimiento del hijo de Dios a manos de los soldados romanos.
Familias siguieron el recorrido por bulevar Campeche, hasta el entronque con Manuel de Austri, donde fue crucificado minutos después de las tres de la tarde.
Cristo, interpretado por Josafat Pérez, arrancó las lágrimas de los espectadores que siguieron su sufrimiento cargando la cruz de más de 90 kilogramos.
Significado del viacrucis
Especialistas de la Universidad de Monterrey publicaron un documento sobre la representación de la crucifixión de Jesús como una expresión de la cultura popular.
Señala que es una tradición que muchas parroquias, monten en las plazas u otros espacios públicos su propia versión de viacrucis durante Semana Santa.
“La representación de la condena, el paso por el Calvario y la crucifixión de Jesús incorpora y mantiene vivas algunas de las cualidades esenciales y el arraigo social con las que nació el género teatral, al menos en Occidente”, señala el escrito.