Icono del sitio Líder Empresarial

Vía pública e infractores en el antiguo Zacatecas

Escrito por Manuel González Ramírez, cronista de Zacatecas

Las licencias de conducir se otorgan a personas que se consideraban aptas, capacitadas y responsables para conducir un vehículo. Una de las primeras licencias que se expidieron en Zacatecas para conducir un medio de transporte tuvo lugar en el año de 1642. El indio Francisco Martín, originario de Zacatecas solicitó licencia para poder ensillar y montar a caballo. La autoridad que le confirió el permiso fue el corregidor de la ciudad, don Sancho Dávila Guevara. En aquel tiempo, los indios y otras castas tenían prohibido montar a caballo por el riesgo constante de una sublevación.

Castigos a infractores en espacios públicos

Desde el siglo XVI, las autoridades de la ciudad de Zacatecas emitieron ordenanzas para la sana convivencia de los habitantes, sobre todo, en los lugares públicos. Quien no las cumplía se hacía acreedor a castigos y multas. A manera de ejemplo, en 1706, estaba prohibido que los indios, mestizos, negros y mulatos jugaran en las plazas, calles y arroyos de la ciudad. Quien no respetara esta disposición recibiría 50 azotes y pasaría 15 días de cárcel. Y si era español, pagaría 50 pesos y se le condenaría a un mes de cárcel.
El alcoholímetro

Desde la época colonial, el vino tenía bastante aceptación en Zacatecas. Aunque hubo uno que otro tiempo de escasez. En esa época no había vehículos de motor pero si caballos. Si estos animales a veces resultaban peligrosos para los transeúntes cuando sus jinetes andaban en sus cinco sentidos, peor se ponían las cosas cuando estos andaban ebrios.

Así que en el año de 1767, las autoridades de la ciudad determinaron que nadie podía andar a caballo de noche. Sólo tenían permitido montar de día. Si alguien desobedecía esta orden, le decomisaban el caballo con todo y silla y no lo verían de vuelta, además, el infractor era enviado a la cárcel durante ocho días.

Seguridad y sana convivencia

Después de la guerra de independencia, en el año de 1832, se redactó uno de los primeros reglamentos de este periodo para las personas que usaban la vía pública.

La gente podía andar en coche o caballo de noche pero no al galope ni a alta velocidad.

Estaba prohibido tirar cuetes, chicharras y toda suerte de pólvora para evitar incendios.

Te puede interesar:

Estaba prohibido que los burros que cargaban metales (es decir, el tránsito pesado de esa época) pudieran andar por el centro. Sólo podían circular por las calles periféricas de la ciudad.

Los cargadores de la ciudad sólo podían andar por media calle para que no golpearan con su carga a los transeúntes.

Nadie podía traer paquetes o envoltorios en la noche, si no era con un permiso escrito de la autoridad.

Infracciones por exceso de velocidad

Hace poco más de 160 años, en 1859, se emitió un reglamento para regular la velocidad de los vehículos y caballos. Este documento se hizo del dominio público para que la gente lo conociera y se comportara, sobre todo en la alameda de la ciudad de Zacatecas. Los infractores pagarían una multa de 5 a 25 pesos, si era pobre pagaba poco y si era rico pagaría más, es decir, la multa dependía de la capacidad económica del infractor.

Albores de la educación vial

En 1940, el general Pánfilo Natera asumió el cargo de gobernador de Zacatecas. En ese tiempo, la circulación de vehículos de la capital estaba a cargo de un jefe de tránsito, un motociclista, un sargento y doce agentes. En ese mismo año, el jefe de tránsito acudió al Primer Congreso de Jefes de Tránsito que tuvo lugar en la ciudad de México. De allá trajo muchas ideas para aplicarlas en Zacatecas. Al año siguiente, en 1941, en nuestra ciudad capital se colocaron las primeras señales de tránsito en las calles para vehículos y peatones. Se asignaron los primeros espacios para sitios de autos de alquiler y particulares, o sea, los primeros estacionamientos. Y del 27 de julio al 3 de agosto se llevó a cabo lo que se llamó en ese entonces como la Semana Ilustrativa de Tránsito, en la que se dieron a conocer las nuevas señales de tránsito a los zacatecanos, y se les repartieron folletos y carteles alusivos.

Y a pesar de llevar siglos de querer convivir en armonía en la vía pública, aún nos falta algo de educación vial que se traduzca en respeto y seguridad para todos.

Salir de la versión móvil