Icono del sitio Líder Empresarial

Vehículos pesados: ¿Los menos vulnerables y más necesarios en tiempos de pandemia?

En 2020 quedó claro: desde el momento en que irrumpió el COVID-19 en nuestro país, la industria de autotransporte pesado desempeñó un papel esencial para abastecer de lo más indispensable a la economía mexicana.

Gracias a esta industria es que las medicinas, los insumos para hospitales, los alimentos, los materiales para la construcción, los combustibles y el resto de mercancías se suministraron a las principales actividades económicas. 

Pero el impacto va más allá del traslado de productos. De acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, A.C. (ANPACT), las empresas asociadas a este organismo mueven el 56% de las mercancías a nivel nacional, el 71% del comercio internacional con Estados Unidos, así como el 96% del pasaje entre entidades federativas de México. 

De igual forma, trasladan al 27% de los estudiantes mexicanos rumbo a planteles educativos, al 41% de los trabajadores que viajan en autobús, además del 100% de las mercancías en camiones de reparto y distribución.

En general, los camiones de la ANPACT se ocupan en el 6% de las actividades de logística y distribución realizadas en todo México, destacó Miguel Elizalde Lizarraga, presidente ejecutivo de la ANPACT.

Aunque la pandemia del COVID-19 no frenó la cadena de valor relacionada con el envío y la logística, sí obligó al cierre de las plantas armadoras durante los meses de abril y mayo. 

De hecho, fue el peor periodo del 2020 para la venta de vehículos al menudeo y mayoreo, tras registrar caídas del 71.4% y 65.2%, respectivamente, de acuerdo con el Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Pesados del INEGI

Lo mismo sucedió con la producción, que se contrajo 84.4% en abril y 78.3% en mayo; las exportaciones de vehículos descendieron 82.2% y 76.3%, en los mismos meses de referencia. 

Tras la reapertura de las unidades de negocio, las empresas asociadas a la ANPACT implementaron protocolos sanitarios con el fin de cuidar la salud de los colaboradores, que incluyeron: 

Algunas de estas medidas llegaron para quedarse. La mayoría estuvo orientada a seguir brindando los productos y servicios necesarios para mantener funcionando la cadena logística y de producción de manera satisfactoria”, declaró. 

Para el ejecutivo, esta pandemia no sólo implicó una crisis, sino una oportunidad para valorar el protagonismo del transporte en la economía mexicana. 

De ahí que, en los próximos años, la asociación que lidera promoverá políticas públicas que incluyan mejoras en la cadena logística y movilidad, consistencias normativas, así como una renovación de la flota y financiamiento. 

Te puede interesar…

Exportaciones, un salvavidas para la industria

Si bien el primer semestre del 2021 registró cifras alentadoras en cuanto a la demanda de unidades por un efecto de rebote, aún falta consolidar la recuperación que dependerá del dinamismo de cada sector del país, aseguró Elizalde Lizarraga.

Prueba de ello es que, durante mayo de 2021, las ventas al mayoreo y menudeo crecieron 266.1% y 104%, respectivamente (frente al mismo periodo del 2020).

Pero el principal motor que impulsó la recuperación, dijo el ejecutivo, ha sido la exportación de vehículos al mercado internacional, al repuntar 349% en abril y 277.5% en mayo (frente al mismo periodo de hace un año, de acuerdo con datos suministrado por el INEGI).

El presidente ejecutivo de la ANPACT agregó que, de enero a mayo, se exportó un total de 57 mil 384 unidades, y son los vehículos de carga los que lideran la recuperación con un crecimiento de 47.2% en piezas exportadas. 

El comercio electrónico es otra industria que ha mitigado la caída de la demanda de vehículos pesados. “Es un sector que crece día con día y que beneficia la demanda de unidades diseñadas para el reparto y distribución, por lo que el crecimiento de estas unidades ofrece oportunidades atractivas para la industria”, agregó.  

Manifiesta Lizarraga que, durante el 2020, la clase 4 de vehículos pesados fue la de menor caída (-13.1% vs -31.3% del total general) y una de las razones fue, precisamente, la creciente demanda de este tipo de vehículos para el e-commerce. 

Movilidad sustentable, otro camino para la recuperación

La industria enfrenta varios retos. Para la ANPACT, el principal es la aplicación de la norma NOM-044 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la cual establece la obligatoriedad de fabricar e importar vehículos con tecnologías que sólo pueden consumir Diésel de ultra bajo azufre (DUBA). 

De acuerdo con un estudio realizado sobre la cadena de valor del autotransporte en 380 estaciones de abasto, en el que participaron Cámaras y Asociaciones del sector, este combustible sólo se encuentra disponible en 72.6% de las estaciones.

El estudio también demostró que la molécula ha caído de manera constante desde 2018 a 2021, al pasar de 81% al 72.6% de almacenamiento.

Lo anterior representa una barrera técnica y operativa, así como una imposibilidad material para la aplicación de la NOM-044, señaló el ejecutivo. Del mismo modo, desincentiva la adquisición de nuevas unidades y pone en riesgo tanto la operatividad de la cadena logística como una movilidad más sustentable.

Esto representa el principal obstáculo para que la industria se recupere. Por ello, es urgente adecuar la norma, ajustar a la brevedad la NOM-044 para permitir que la tecnología vigente EuroV/EPA ́07 y la tecnología más avanzada Euro VI/EPA’10 se produzcan e importen de manera simultánea”, puntualizó.

Por otra parte, y ante la tendencia de electro movilidad en el mercado, dijo que aún queda camino para incorporar estas tecnologías a la industria de vehículos pesados en México, pero aclaró que ese es el futuro. 

Además, agregó que actualmente no existe un programa que incentive a los transportistas a renovar su flota de camiones hacia tecnologías más sustentables. De igual manera, los programas que pretenden reducir las emisiones de gases contaminantes son insuficientes.
El cambio hacia tecnologías más sustentables sólo es posible si el pequeño transportista tiene incentivos económicos para moverse hacia nuevas tecnologías, si cuenta con el capital inicial para realizar la primera inversión. Los beneficios de la renovación de la flota son para toda la población, por eso se debe realizar una inversión estratégica”, concluyó Lizarraga.

También puedes leer…

Salir de la versión móvil