Lo que hace años fue el motor para el comercio del centro de México ahora es un punto neurológico que conecta a la industria del país con el resto del continente. Se trata del Corredor del Bajío y sus 900 kilómetros de red, en las que se mueven mercancías en ferrocarriles de Kansas City de México (KCSM).
La compañía norteamericana cuenta con tres terminales intermodales en las ciudades de Silao, San Luis Potosí y Querétaro, -con servicios diarios a los puertos del Océano Pacífico y Golfo de México, así como a Estados Unidos-.
Adicionalmente a las dos estaciones de almacenamiento y reparto de combustibles, tiene doce terminales de trasvase (para almacenaje, descarga o distribución de mercancías), en las que transporta productos como acero, plásticos, papel, pisos laminados, así como graneles agrícolas, cemento y piezas de la industria automotriz.
En 2020, por efectos del COVID-19, el volumen de mercancías transportadas a nivel nacional fue de 125 millones de toneladas, cifra que representó un decrecimiento de 4% respecto al año previo.
Para Óscar del Cueto, Vicepresidente y Director General de KCSM, la baja no mostró un golpe considerable comparado con otros modos de transporte -en los que la actividad cayó hasta un 50%-.
Además, la catalogación de la industria ferroviaria como una actividad esencial permitió que se mantuviera el servicio de carga y se extendiera hacia otras industrias durante los primeros meses de pandemia.
Un paquete de inversiones para fortalecer la región
Para el 2021, la inversión de KCSM destinada al Bajío será para mejorar tanto la infraestructura ferroviaria como el equipo rodante. De acuerdo con el ejecutivo, la meta es agilizar el recorrido de los trenes y armar una red ferroviaria que acelere el intercambio comercial entre México y Estados Unidos -partiendo de las bases del T-MEC-, así como reforzar los servicios de transporte de carga para las industrias de la zona.
Del Cueto agregó que en este año la Asociación Mexicana de Ferrocarriles (AMF) proyectó una inversión de 500 millones de dólares. La mitad de los recursos serán para labores de mantenimiento e infraestructura. Otra proporción se destinará a proyectos de crecimiento en regiones clave, entre las que destaca el Bajío y el Norte del país.
En la ciudad de San Luis Potosí, por ejemplo, la compañía norteamericana extenderá el tramo ferroviario que recorre la Zona Industrial, -que ocupa una red de terminales ferroviarias de trasvase-. Una vez que se amplíen estos tramos cortos de doble vía, el tren tendrá la capacidad para recorrer los tres kilómetros de longitud, lo que implica una mayor movilidad de mercancías por viaje.
Igualmente, en próximas fechas, KCSM presentará sus servicios de carga a la armadora de Toyota (instalada en Guanajuato). Esta nueva conexión se suma a las ya establecidas con ensambladoras automotrices de la región, como Honda, Mazda y General Motors.
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Otro proyecto es dar continuidad al Libramiento Ferroviario de Celaya donde operarán KCSM y Ferromex. Esta ruta conectará el puerto de Lázaro Cárdenas hacia Escobedo y San Luis Potosí, sin recorrer la zona urbana de esta ciudad guanajuatense.
“En la sección de KCSM se está trabajando con las autoridades federales en el análisis de la propuesta financiera, de obra y las potenciales inversiones, en un proyecto que sin duda tiene una amplia relevancia en la zona del Bajío”, explicó el ejecutivo.
Respecto a los planes a largo plazo, David Eaton Keener, director ejecutivo de Operaciones de Kansas City, señaló que la empresa prepara importantes inversiones en tierras potosinas, como aquellas que involucran el desarrollo de las terminales logísticas más importantes del país.
“Cambios a la LRSF son expropiatorios y contrarios a la Constitución”
Ante los recientes cambios que aprobó el Senado de la República a la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario (LRSF) para limitar las concesiones regionales de 50 a 30 años, KCSM y el resto de las empresas que integran la AMF expresaron preocupación, pues “no refleja una visión integral y pueden afectar al sector, a sus concesionarios, así como a usuarios”.
Desde su perspectiva, restar 20 años a las concesiones es “expropiatorio y modifica las reglas bajo las cuales los concesionarios decidieron invertir en el Sistema Ferroviario Mexicano”.
Agregó que esta disposición también es violatoria al artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: este señala que nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos. De ahí que la modificación pueda inhibir inversiones efectivas para el desarrollo del sector a largo plazo; a su vez, afectará la eficiencia de las operaciones de los concesionarios.
En cuanto a las modificaciones relacionadas con las multas, consideró que son excesivas y contrarias al artículo 22 de la Carta Magna: este indica que toda pena deberá ser proporcional a la conducta sancionada y al bien jurídico afectado.
“Las sanciones planteadas carecen de una metodología con certidumbre jurídica y establece multas 1,000 veces superiores a las actuales”, puntualizó.
Como integrante de una asociación, KCSM confía en que prevalecerá el Estado de Derecho del país y se respetarán los compromisos preexistentes de las concesiones ferroviarias -con certeza jurídica para los socios estadounidenses y posibles inversionistas canadienses-.