Icono del sitio Líder Empresarial

San Sebastián del Oeste y la belleza que trasciende al tiempo

Todavía no se han creado máquinas del tiempo que nos puedan trasladar al esplendor de épocas pasadas, pero sí existen pueblos que poseen una belleza imperecedera que sirven para apreciar un encanto que se ha prolongado a través de los siglos.

Es el caso de San Sebastián del Oeste, pueblo mágico jalisciense enclavado en las montañas de la Sierra Madre Occidental cuya historia rebasa los 400 años. Es un municipio de origen minero fundado en 1605, pero que por su fachada y estilo arquitectónico pertenece al siglo XIX. El paisaje del pueblo embiste un espectáculo de eminentes montañas revestidas de población de ocote, mismas que albergan una gran biodiversidad y un cielo azul preponderante y voluble.

Al caminar por sus angostos callejones y calles empedradas, el turista puede vislumbrar algunas haciendas con sus galeras en ruinas que muestran lo que en la época colonial significó la minería, conservando tesoros culturales y naturales que invitan a seguir visitando este cautivador lugar.

Dentro de sus atractivos resalta la Hacienda Jalisco, joya arquitectónica que ha abatido el paso del tiempo. Reconvertida en museo-hotel, la edificación cuenta con más de 200 años de antigüedad. En ésta podrás hallar documentos y archivos históricos que relatan cómo funcionó este patrimonio que sirvió para albergar los metales preciosos antes de ser enviados a la Nueva España. Cabe destacar que las lámparas del edificio son alimentadas con aceite y velas, reforzando el aura colonial de la Hacienda.

También destaca el recorrido por la antigua Mina Santa Gertrudis, a la cual puedes llegar caminando por la montaña o en cuatrimoto. Tiene una profundidad aproximada de 60 metros, la altura es de 1.80 metros y el ancho de 1.70. Esta mina se posicionó como una de las más productivas de la región en los años 1800.

Para los amantes del senderismo y el alpinismo, visitar el Cerro de la Bufa es una parada fundamental. La cima se alza a más de 2,500 metros sobre el nivel del mar, pero premia con un paisaje imponente de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas que puede apreciarse en días despejados. La mayoría de las veces el mirador del cerro se halla a la altura de las nubes, dando una sensación de estar inmerso en el cielo. El paisaje se presta para realizar observaciones siderales y embriagarse con la majestuosidad del firmamento.

Los apasionados de la Historia pueden ingresar al museo de Doña Conchita Encarnación, el cual alberga documentos y artículos de una de las familias más acaudaladas de la comunidad minera previa a la Revolución Mexicana. También se puede apreciar el Templo de San Sebastián Mártir, construido por frailes agustinos en el siglo XVII. El Panteón Antiguo es otra visita imprescindible, pues se trata de un hermoso camposanto romántico que data del siglo XIX y cuenta con cinco mausoleos.

La gastronomía local sobresale por deliciosos platillos de mole, birria, enchiladas y pozole. También podrás consentir a tu paladar con postres como cajetas de frutas (ates) y dulces típicos de la región, y bebidas típicas como el café de altura cien por ciento orgánico, así como la tradicional raicilla.

Salir de la versión móvil