Ramsés De la Cruz llegó a Querétaro para incursionar en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Ahí desarrolló sus estudios de licenciatura y maestría en Arte Moderno y Contemporáneo.
El pintor comparte que, al poco tiempo de iniciar su carrera artística, trabajó en un taller de restauración relacionado con el estofado y el policromado de retablos. Asimismo, construyó su propio estudio de pintura, desde donde ha aportado al desarrollo de nuevos talentos y ha demostrado su compromiso con la comunidad.
“La docencia me ayudó a estructurarme como individuo y aprender sobre la empatía hacia mis otros. Todo esto ha sido trasladado hacia mi obra que, poco a poco, ha ido tomando mayor complejidad”, señala.
Desde su llegada a Querétaro, De la Cruz se involucró activamente en la escena artística. Presentó sus primeras creaciones en la Galería de Doña Adelita, donde incluso vendió su primera obra a un turista holandés.
Ramsés define su estilo artístico como “realismo trascendental”, debido a que genera una dialéctica en torno a la realidad, sus múltiples manifestaciones y sus puntos de vista.
“Los tres pilares que sustentan mi obra son el tenebrismo, el simbolismo y el fotorrealismo”, comparte De la Cruz.
A lo largo de su carrera, el artista ha obtenido importantes reconocimientos, como el Premio Estatal de Cultura del Gobierno de Querétaro, la Muestra Ganadora al Estímulo a la Producción Artística del CONACULTA, entre otros.
De la Cruz recalca que siempre supo que se quería dedicar a esta profesión, puesto que por su cabeza jamás se imaginó realizar alguna otra cosa que no fuera la pintura.
“Desde temprana edad mi vocación se reveló sin dubitaciones, la capacidad creadora se manifestó vasta, protectora y partidaria de la salud y del hacer bien, como una fuerza que te envuelve en una llama eterna hacia la virtud y la belleza”, concluye Ramsés.
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