A través del informe trimestral publicado por el Banco de México «Banxico», que comprende los meses de octubre a diciembre de 2020, se evidenciaron seis posibles riesgos que podrían desacelerar el crecimiento económico para este 2021.
Si bien las estimaciones para este año son un “rebote” del 4.8 por ciento en el PIB que contrastan con el esperado de 3.3 por ciento, así como un crecimiento económico de 6.7 por ciento para el cierre de 2021, cuestiones «internas» y «externas» en la dinámica económica podrían opacar dicho resultado:
Efectos por la pandemia
Es decir, que se prolonguen las medidas de distanciamiento social o se retomen medidas más estrictas, tanto a nivel global, como nacional, ocasionando una mayor afectación de la actividad económica; o bien, que haya retrasos en la producción, distribución o aplicación de las vacunas.
En ese sentido, podría considerarse como riesgo, que en general, las afectaciones por la pandemia puedan ser mayores a las previstas dependiendo su evolución.
Volatilidad en los mercados
Al observarse períodos adicionales de volatilidad en los mercados financieros internacionales, se afectarán los flujos de financiamiento para las economías emergentes.
Ello también podría ser el resultado de episodios de mayor aversión al riesgo, por aumentos en las tasas de interés de largo plazo en Estados Unidos, o por una pérdida de confianza de los inversionistas dependiendo de la evolución del brote de COVID-19 a nivel mundial.
Otros puntos de riesgo:
- Reducciones en la calificación de la deuda soberana y la de Pemex, lo que podría afectar el acceso a los mercados financieros.
- Persistencia en el entorno de incertidumbre interna que ha afectado a la inversión y que ello ocasione que se difieran o cancelen planes de inversión o que los consumidores reduzcan su gasto de manera precautoria.
Por otro lado, y frente a un panorama alentador, se consideran también puntos de riesgo que llevarían al alza la racha económica para el período 2021, entre los cuales se encuentran:
Que la pandemia se disipe en el corto plazo, como resultado de nuevos tratamientos o de la introducción, distribución y aplicación de una vacuna efectiva y que los estímulos que se han otorgado a nivel internacional y nacional contribuyan para proteger el empleo y la planta productiva, recuperando la confianza de los inversionistas.
De igual manera, que la recuperación de la demanda externa, particularmente en Estados Unidos, dé un impulso a las exportaciones mayor al anticipado y que la reciente entrada en vigor del T-MEC propicie una inversión mayor a la esperada.
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