Icono del sitio Líder Empresarial

Los extremos del coaching empresarial: cómo saber si la consultoría funciona o no

Por: Xicoténcatl Morales Hurtado

Director de Grupo Gavata 

Hablar de coaching se ha vuelto riesgoso últimamente. Basta con teclear esta palabra en cualquier buscador para percatarse de la enorme cantidad de métodos, planes de entrenamiento, asesores y escuelas dedicadas a ofrecer servicios de esta naturaleza. En tal escenario, es difícil reconocer qué tipo de coaching requerimos; pero, sobre todo, quiénes están calificados para ofrecerlo. 

Muchos malos ratos se pueden evitar si somos precavidos con respecto a charlatanes y “vendedores de humo” que, por desgracia, han plagado el mercado con publicidad falsa sobre los beneficios de sus programas. Por supuesto, esta minoría de parlanchines no debe distraer a nadie sobre la búsqueda genuina de entrenamiento que, en determinados momentos, requerimos implementar para dar un nuevo impulso a nuestra empresa o nuestro liderazgo. 

El coaching empresarial se enfoca en un tipo especial de equipamiento capaz de proveer herramientas de cambio organizacional para dar movilización, velocidad, enfoque o eficiencia a las diversas tareas que competen a una unidad productiva o de negocios. 

El enfoque del coaching empresarial

Muchos coaches serios (y por serios me refiero a certificados y avalados) se dedican actualmente al diseño y ejecución de esquemas laborales para mejorar prácticas; o bien, al entrenamiento de disciplinas que propician el cumplimiento sistemático de objetivos previamente delimitados. 

Cuando se llevan a cabo de forma profesional los cambios básicos, nos conducen a transformaciones más profundas que advierten de decisiones y tiempos para mejorarnos a nosotros mismos o a nuestras compañías. Esto se traduce en lograr desarrollo u obtener resultados en un aspecto específico de nuestra firma: calidad, mejores relaciones, estilo de gerencia, despliegue de nuevas estrategias, mejora expandida por medio del rediseño de procesos, etc.

Vale la pena advertir que no hay coaching eficaz si no sabemos qué queremos. El coaching no nos pone en la mente, por decirlo de algún modo, objetivos que no necesitamos cumplir (suplantando nuestro campo decisional). Viene a clarificar y a sumar elementos que no habíamos considerado. 

Hagamos una pausa y preguntémonos: ¿Por qué necesito un coach? ¿Qué espero recibir de su servicio? ¿Qué tareas o proyectos mejoraré con su ayuda? ¿De qué tiempo, recurso y compromiso dispongo para aceptar un programa de calidad? ¿Cómo me cercioro de que el coach que busco conoce y me da garantía de su trabajo? 

Si somos capaces de responder asertiva y honestamente a esto es probable que atraigamos personas profesionales que ayuden en este camino. Recomiendo que se redacten respuestas amplias para iniciar esta búsqueda con el pie derecho.

Te puede interesar…

Efectos positivos de una buena consultoría

Por supuesto el coaching es más que asesoría o capacitación. Algunas razones para recibirlo de gente profesional: nos da acceso al descubrimiento de nuevos talentos propios, nos conduce por un camino de prácticas orientadas y planificadas (mezcla de pasión, orden, carácter, visión y trabajo sistemático).

Cada persona necesita descubrir cómo encaja en el programa integral de una empresa (incluso y principalmente, su líder o fundador). Pero no podrá saberlo a fondo sin conocer su propia y única identidad, el conjunto de habilidades que debe consolidar y, por supuesto, las metas últimas que guían su idea de negocio. 

Esa es, quizás, una de las propuestas de valor más provechosas del coaching empresarial: ayudarnos a encontrar nuestro lugar y nuestra función en el entorno corporativo. Así, permite acoplarnos exitosamente a nuestro puesto (rendimiento) y ser parte activa del desempeño de los demás (sinergia). 

Además, propicia el crecimiento, la motivación y la diligencia que nos ayudan a alejar de nosotros la confusión, la frustración o la dispersión (que sobrevienen cada vez que perdemos de vista el objetivo que guía nuestras agendas).  

Excesos del coaching empresarial y peligros que debemos evitar 

Incluso cuando tenemos un mentor experto en el tema, debemos poner atención a estas señales de riesgo. No debemos pasarlas por alto, puesto que dan entrada a problemas futuros derivados de un mal coaching (que puede devenir en una relación maliciosa): 

También puedes leer…

Salir de la versión móvil