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La Ruta de las Flores: ¿De dónde viene la flor de corte?

Las flores son uno de los regalos más buscados el 14 de febrero, pues se trata del detalle por excelencia para demostrar afecto o, simplemente, para hacer saber a la persona a quien se le regalen que ocupan un lugar importante en nuestra vida.

A lo largo de la historia, regalar flores ha sido un acto para demostrar distintos sentimientos. Desde la mitología griega, las rosas han sido asociadas con la diosa del amor Afrodita; incluso, durante la Edad Media, se generalizaron como regalo en las bodas, pero con el propósito oculto de disimular los malos olores durante la temporada de calor. 

En México, el cultivo de flores se remonta a la época prehispánica. Desde aquellos años, destaca lo que ahora es el municipio de Villa Guerrero, en el Estado de México. Gracias a su cercanía con Texcoco, Cuernavaca y Xochimilco, rápidamente este municipio comenzó a adentrarse en el cultivo de las flores como ornamento. 

Hoy en día, se trata del mayor proveedor de flor de corte en todo el país. Su importancia es tal que la región es conocida internacionalmente como La Capital de la Flor. 

Central de Abastos de Villa Guerrero: un corredor florícola

En conversación con Líder Empresarial, el director general de la Central de Abastos Villa Guerrero, Fernando Mancilla, comenta que durante una jornada diaria cotidiana dos mil 500 oferentes y demandantes se dan cita en la central. En días festivos, la cifra crece hasta los diez mil visitantes. 

A su vez, los alrededores del municipio también se han vuelto íconos de la floricultura: los municipios de Villa Guerrero, Coatepec de Harinas y una porción de Tenancingo forman un corredor florícola que da sustento a entre trece y catorce mil familias de manera directa. 

Según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), el Estado de México es líder en producción de crisantemos y rosas. Tan sólo estas últimas, en 2020 generaron una derrama de mil 289 millones de pesos (mdp), lo que equivale al 71.3% del total nacional. Le siguen en importancia Puebla, Querétaro y Morelos. 

De vocación nipona a tradición que traspasa fronteras

Mancilla explica que el sector comenzó a encontrar su potencial después de la Segunda Guerra Mundial cuando, huyendo del conflicto y atraídos por el buen clima, una franja de japoneses decidió instalarse en Villa Guerrero. Ahí comenzaron a cultivar flores y, poco a poco, los lugareños se integraron a sus actividades y aprendieron de ellos —permeando el negocio con su propio sello—. 

Como pioneras, estas comunidades japonesas comenzaron con pocas variedades: gladiolas, polares y un poco de claveles. En la década de los ochenta, el extinto Grupo Visaflor innovó con distintas variedades de rosa, y le dio así nueva vida a la industria en la región.

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A mitades de la década de los noventa, algunos productores del municipio importaron desde Holanda otras variedades como gerberas, bulbos, orientales y lilis. Esta última, en opinión del director de la Central de Abastos, es la flor más popular.  

“Hoy en día en toda la región hay aproximadamente 200 variedades de flor. Ha crecido tanto el sector, que hoy en día somos el principal corredor florícola, abastecemos a toda la República Mexicana. Incluso la franja de productores se ha extendido hasta Valle de Bravo”, asegura Mancilla. 

Rutas actuales

La industria se ha fortalecido de tal forma en estos municipios que incluso los productores han desarrollado sus propios canales de distribución. Así, han llegado a Quintana Roo, la franja del Pacífico, Mexicali, Los Ángeles, Houston, entre otros.  

De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), con una superficie de siete mil 383 hectáreas dedicadas a la producción de ornamentales, en el Estado de México se producen anualmente cinco millones de tallos de corte, gruesas, manojos y macetas. Así pues, representan el 67% del valor de la producción nacional y el 80% en el cultivo de flor en corte.

Los municipios de Villa Guerrero, Tenancingo y Coatepec Harinas concentran más del 50% del volumen de la producción estatal. 


Nuevas oportunidades para el mercado de flores más grande de México 

Sin duda, las florerías fueron uno de los sectores más golpeados durante la pandemia. Al no tratarse de un producto de primera necesidad, sus ventas bajaron drásticamente. 

Fernando menciona que, antes de la contingencia sanitaria, el corredor florícola alcanzaba las doce mil hectáreas, así como una derrama económica de siete mil mdp anuales. Tras casi dos años de restricciones y medidas para frenar la propagación del coronavirus, los cultivos han bajado a ocho mil hectáreas y la derrama económica a cinco mil mdp. 

Mancilla comenta que, debido a las bajas ventas, el cierre de mercados y la baja afluencia de personas, algunos productores se han visto en la necesidad de podar sus cultivos. 

En su momento, el presidente del Consejo Mexicano de la Flor (Conmexflor), Federico Martínez comentó que, en 2020, el 70% de la producción para el 10 de mayo terminó en la basura, mientras que las ventas cayeron un 50% a nivel nacional. Los más afectados fueron los productores de flores de corte, con ventas por debajo del 30% con respecto al año anterior. 

Aunque no se trata de la mejor época para la industria, Fernando agrega que es una buena oportunidad para elevar la calidad y comenzar a exportar a otras ciudades estadounidenses —donde normalmente los productores colombianos tienen más presencia—. En la actualidad, solamente entre un 10% y 12% de la producción del Estado de México va al país vecino.

Nuevas rutas de las flores

Por lo anterior, es un hecho que el mercado de la flor en México aún tiene retos que afrontar, ya que se trata de un sector muy competitivo.

Holanda, Estados Unidos y Japón (los mayores floricultores a nivel mundial y principalmente productores de flor cortada) controlan cerca del 50% del valor de la producción internacional. La SADER indica que México ocupa el décimo séptimo lugar como exportador a Estados Unidos y Canadá. La gladiola, la rosa, el lilium clavel, el esqueje sin raíz, las plantas de maceta y el follaje son las flores con mayor demanda en estos países de Norteamérica. 

Mientras tanto, para los productos nacionales, no hay duda que el Día del Amor y la Amistad representa la primera gran venta del año. Aún más, para quienes forman parte de esta industria tienen la confianza de seguir avanzando con su recuperación en fechas como el 10 de mayo y el 12 de diciembre (dos eventos más en los que ya esperan un repunte).  

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