Joan Busquets, nacido en Barcelona, siempre ha llevado en sí la cultura del esfuerzo y el trabajo en equipo. Así lo aprendió desde niño a través de sus padres, que se dedicaron a la agricultura.
También desde temprana edad se interesó por la innovación. Dice que la vocación ingenieril es algo innato: «Siempre me han gustado los inventos. Las máquinas me encantaban”. Si había algún artefacto que le llamara la atención, lo montaba y lo desmontaba.
Actualmente, Joan Busquets es VP de Manufactura en Nissan Mexicana, la marca automotriz líder en el país. Pero su paso por el corporativo japonés abarca puestos de liderazgo en Europa, África y América (particularmente en España, Francia, Sudáfrica y Egipto, por mencionar algunos).
Si algo le enseñó su travesía por diferentes latitudes, es la capacidad de adaptación a los diferentes lugares. “Nosotros, los que vamos, nos tenemos que adaptar a la cultura del país, es imposible que el país se adapte a ti. Sobre todo en roles de management, tienes que escuchar y entender para poder actuar”.
La visión de Joan Busquets se enfoca en la búsqueda continua de mejora en el liderazgo. Reconoce la importancia de contar con un coach para guiar el desarrollo y evitar errores que puedan dañar relaciones en un entorno empresarial altamente orientado al rendimiento.
Busquets destaca la necesidad de un esfuerzo constante y la disposición para rectificar cuando es necesario. Su enfoque se centra en influir en los demás de manera positiva. Pese a estar inmerso en una industria altamente exigente donde “el performance se mide minuto a minuto”, Joan sabe lidiar con la presión:
“El estrés no me afecta realmente. Lo he vivido casi toda mi vida y no tengo ninguna dificultad especial. Puede haber días en los que enfrentes muchas cosas, pero, en esos casos, simplemente tomas un momento para organizar y ya está”.
A lo anterior le ayuda su capacidad de concentración, que le permite cambiar de una tarea a otra en medio de un día ajetreado. Pese a que reconoce que no se cansa fácilmente, enfatiza la importancia de mantener un equilibrio y ser consciente de sus límites.
“Tengo que ir con cuidado, porque, como me cuesta cansarme, a veces no me doy cuenta y veo que ya es hora de regresar”, menciona con una sonrisa.
La irrupción del COVID-19 lo agarró en Sudáfrica, en su rol como vicepresidente regional de Nissan África Monozukuri, incluyendo Operaciones DKD en Nigeria. De esa experiencia extrajo una conclusión importante: el bienestar y el cuidado de las personas son la prioridad absoluta.
“A medida que he crecido en la organización, le dedico más tiempo a las personas, porque finalmente son quienes consiguen los resultados. Hay que dedicarle tiempo a la gente para que pueda desarrollarse”, sostiene.
La visión de Joan Busquets se centra en la importancia de respetar y empoderar a su equipo a través de la delegación efectiva. Reconoce que los líderes a menudo tienen la tentación de asumir demasiadas responsabilidades, pero destaca la necesidad de delegar y educar para garantizar el éxito de una organización. Además, resalta la relevancia de una estrategia industrial sólida que vaya más allá del día a día y se proyecte a medio y largo plazo —enfocándose en un horizonte de cinco a diez años—.
“A pesar de ser una manufactura, no debemos limitarnos a pensar solo en el día a día. Es importante pensar en el medio y largo plazo para ver hacia dónde vamos a ir. Sin estrategia no hay futuro«, explica.
Joan Busquets enfatiza la importancia de la toma de decisiones basada en datos sólidos. Como ingeniero, entiende que los datos son fundamentales para la toma de decisiones informadas. Busca recopilar información de manera eficiente y organizada. Evita alargar el proceso de decisión, ya que comprende que la lentitud en la obtención de datos o la toma de decisiones puede ralentizar significativamente una organización.
Por último, Joan Busquets señala que su objetivo siempre ha sido motivar al equipo para alcanzar un top performance y así la gente pueda seguir progresando en excelencia y se lleve algo valioso de su tiempo en la compañía.
«Me da gusto que desde otros sitios donde he estado aún me llamen: ‘Joan, me pasa esto, ¿qué podría hacer?, ¿qué me puedes aconsejar?’ Para mí, esa es la máxima satisfacción«, concluye.