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Innovators & makers: mezcla perfecta para impulsar emprendedores después de la pandemia

Por: Antonio Martin del Campo. Chairman Venture Studio y 02X Escaladora de Empresas

«Así como los productos y las marcas establecidas necesitan actualizarse para mantenerse vivas y vibrantes, los líderes y fundadores necesita renovarse o reinventarse periódicamente».  

Mireille Guiliano

Según un estudio reciente de la prestigiosa firma KPMG, la pandemia ha sido un acelerador de la transformación tanto empresarial como digital.

Siete de cada diez líderes informaron en la encuesta que sus esfuerzos de transformación en torno a procesos de automatización y modelos operativos los han adelantado meses (o incluso años), por delante de lo que esperaban. 

Al acelerarse las inversiones en innovación, las empresas han generado nuevas formas de trabajar y modelos operativos avanzados, para así brindar nuevas experiencias de gran valor para sus clientes.

Según dicho estudio, la innovación será un elemento crítico de la recuperación de las empresas encuestadas después del COVID-19; sin embargo, innovar siempre conlleva riesgos. Según otro estudio publicado anteriormente, entre el 40% y el 90% de los proyectos de innovación fracasan total o parcialmente. 

La evidencia nos indica que, durante la recesión de 2008/09, las empresas con restricciones de efectivo estuvieron menos dispuestas a realizar inversiones riesgosas. Cualquier recuperación en sus inversiones que tuviese que ver con innovación debía ser postergada —para dar, en cambio, mayor prioridad al flujo de efectivo—. 

La última gran recesión redujo drásticamente la disponibilidad de acceso a fuentes de financiamiento y dificultó el endeudamiento de las empresas. Este efecto es similar al actual: en los últimos meses, muchas empresas han utilizado reservas de efectivo o han tomado préstamos para financiar negocios.

Dichas restricciones de efectivo han reducido drásticamente las inversiones en innovación, a sabiendas que el efecto de esta suele ser “procíclico”: aumenta en períodos de crecimiento y disminuye en períodos de crisis. Si bien es hasta cierto punto normal, esconde un enemigo silencioso que puede ser mortal (cómo veremos más adelante). 

Innovators: claves para la competitividad

El efecto cíclico ha sido más pronunciado en las PyMEs. Después de la crisis mundial financiera pasada, la mayoría redujo su gasto más que las grandes empresas. Esto condujo a una brecha cada vez es mayor entre las PyMEs y las grandes organizaciones. 

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Las implicaciones directas en las brechas de productividad han vuelto a las PyMEs mucho menos competitivas; muchas de ellas no sólo se estancaron, sino que dejaron de existir. Así se generaron más costos, que se reflejan a lo largo de toda la cadena de valor. 

Los cambios en las inversiones en innovación también influyen en la capacidad de las empresas para introducir nuevos productos y servicios, lo que tiene implicaciones en el crecimiento y la productividad. 

Tomando nuevamente como ejemplo la última recesión, la tasa de reemplazo de productos se redujo en una cuarta parte. Durante este periodo, las empresas que pudieron tanto contrarrestar la tendencia como mantener la introducción de nuevos productos y servicios se vieron beneficiadas con una mayor productividad —volviéndose así más competitivas—. 

No obstante, existe un elemento diferenciador entre la anterior recesión y la situación actual. El día de hoy, la mayoría de las empresas tienen que innovar para permanecer en el negocio.  

A medida que las empresas descubren formas más eficientes y efectivas de operar, es probable que veamos un aumento en las nuevas formas de trabajar, para así mantener seguros a sus empleados y clientes.

Es justo lo que estamos viendo: inversiones en innovación y en transformación que buscan “resetear” el negocio. Sabemos que las PyMEs son las primeras impactadas ante los efectos económicos de la pandemia. A pesar de que la necesidad de sus productos y servicios por parte de la cadena de valor es de conocimiento público, el riesgo en su proveeduría ha aumentado considerablemente conforme llegamos al final de la pandemia.

Makers: filosofía para resultados prácticos

Es aquí cuando los makers entran en acción. Mediante su filosofía enfocada a resultados prácticos, y como generadores de soluciones, tienen que motivar y empujar a los emprendedores para que no pierdan su esencia.

Emprender significa aceptar riesgos. Hacia el final de la pandemia, quienes no inviertan en innovación y transformación no tendrán el aval que genere confianza en sus clientes. Estos últimos son los que observan la situación con más recelo, conscientes del incremento en el riesgo asociado a sus operaciones. 

Grandes retos exigen grandes emprendedores, en toda la extensión de la palabra. Los timoratos y temerosos no sólo no emergerán como líderes después de los efectos económicos de la pandemia, sino que se desangrarán poco a poco hasta convertirse en el pasado de la industria. ¿Se acuerdan de los empresarios de los 80 en la región? 
Charles Bukowski decía: “Donde quiera que vaya una multitud, corre en la otra dirección. Siempre están equivocados”. Esta máxima no puede ser más cierta en los tiempos que vivimos: tiempos de innovadores, de makers y de emprendedores. Es momento de mandar a varios empresarios (y, ojalá, a varios competidores) a cuidar de sus hijos o sus nietos. 

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