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Héctor Marroquín: Componer música con inteligencia emocional

Una vez que descubrió la pasión por la música orquestal, todo sucedió muy rápido para Héctor Marroquín. Inscrito en la Escuela de Iniciación Musical Julián Carrillo de San Luis Potosí aprendió a tocar el corno francés y el piano, formó parte de algunas orquestas juveniles y empezó a escribir su propia música. 

“En muy poco tiempo descubrí que me quería dedicar a eso toda mi vida e inicié mis estudios universitarios en composición musical recién terminada la preparatoria”, expresa.

Escucha la música de Héctor Marroquín:

Concluida su etapa en la Universidad de las Américas (UDLAP) y guiado por una motivación y curiosidad musical decidió continuar su formación en la Universidad de la República (Montevideo, Uruguay). Un par de años después emprendió el viaje a Europa como un destino natural de su trayectoria artística.

Por el amor a la tradición musical alemana estudió una maestría en Composición de Música de Cine en Berlín, ciudad que se convirtió en su destino de inspiración y en su hogar desde hace 17 años. 

A lo largo de su trayectoria musical ha compuesto alrededor de 25 bandas sonoras para producciones mexicanas o europeas, así como varias piezas de concierto para orquesta, grupos de cámara, solistas y música para piano.

La parte más difícil de su trabajo, asegura, es que siempre se ocupa en hacer varias cosas. En la práctica compone música de concierto y para cine; toca en proyectos orquestales o como solista; realiza grabaciones e imparte clases de música en diferentes niveles o de instrumentos.

Pronto ofrecerá su segundo concierto a gran escala en Berlín para la temporada de otoño. A la par, prepara la música para un nuevo largometraje y dos piezas de concierto a estrenarse en la capital alemana.  

Pese a la ocupación de actividades, lo realmente importante en su trabajo es encontrar un momento de paz que le permita disfrutar de su tiempo libre tal como lo hace con su profesión.

Aprender a nunca dejar de aprender es un tesoro que cuido con mucho interés, la curiosidad y las ganas de crear me han dado muchas satisfacciones”, enfatiza.

Música inspirada en emociones 

Para el compositor mexicano, varias áreas de la música se cubren con práctica, rutina y un entendimiento ágil; sin embargo, la clave es la esencia intelectual y emocional al momento de interpretar o escribir una pieza.

Un buen músico no se distingue por cómo toca las notas; eso al final es técnica, sino por lo que nos puede comunicar con ellas… Saber cómo decir las cosas requiere de una inteligencia emocional”, expresa. 

En su caso, hay una marcada diferencia en realizar música de cine o de concierto debido a que los procesos técnicos son extremadamente opuestos. 

La música para cine demanda mayor presión de tiempo y un compartimiento de decisiones creativas con los directores del proyecto. En cambio, una melodía para concierto es mucho más personal porque es el alma quien termina reflejada en las notas musicales. 

Hacer arte es posible siendo honesto. Saber cómo decir las cosas ayuda a expresar exactamente qué se quiere decir”, concluyó. 

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