General Motors, la automotriz más grande de Estados Unidos, anunció que a partir del próximo lunes, 06 de septiembre y durante dos semanas, detendrán operaciones en ocho de sus plantas. Esto debido a que el COVID-19 afecta la producción de chips semiconductores.
La compañía dijo que las plantas en Fort Wayne y Silao tomarán una semana libre a partir del lunes y reanudarán la producción el 13 de septiembre. Además, la planta de ensamblaje de Missouri, Michigan, y la de Spring Hill tendrán dos semanas de inactividad, por lo que deberían reabrir el 20 de septiembre.
Por su parte, la planta de Ensamblaje de CAMI en Canadá, la de Ramos en México y la de San Luis Potosí estarán cerradas del 13 al 27 de septiembre.
«Todos los anuncios que hicimos hoy están relacionados con la escasez de chips, la única planta que no está relacionada con eso es la de Ensamblaje de Orion», dijo el portavoz de GM, Dan Flores.
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La industria automotriz ha estado experimentando una escasez global de chips, nuevamente por los estragos de la actual pandemia, ya que la demanda de dispositivos electrónicos -que también usan chips- creció durante el año pasado y el presente, lo que dio origen a la insuficiencia.
Los fabricantes de automóviles han tenido que interrumpir temporalmente la producción o fabricar vehículos por debajo de todas las piezas para esperar que se finalice la producción de estas.
«El COVID-19 está impulsando las limitaciones de la oferta en los países que son productores de chips, pero no puedo decir si es porque los empleados tienen una alta tasa de infección o si el gobierno está imponiendo restricciones a las plantas debido a la pandemia», señaló el portavoz.
Asimismo, apuntó que durante el tiempo de inactividad se repararán y enviarán vehículos sin terminar de muchas plantas afectadas, incluidas Fort Wayne y Silao, a los concesionarios, con el fin de ayudar a satisfacer la fuerte demanda de los productos por parte de los clientes.