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Chava Alcalá: el funcionario que creó el Food Truck Park

Desde niño, Salvador Alcalá conoció de cerca el mundo de los negocios. Aunque en su familia todos eran empresarios, nunca estuvo detrás de un escritorio. “Era un empleado más de la línea de producción; planchaba pantalones de mezclilla”, cuenta al rememorar sus inicios. “Esto me ayudó mucho en la parte política porque convivía con todos los empleados de la empresa”.

Fue hasta hace tres años que se sentó por primera vez en uno, al convertirse en secretario del Consejo Técnico de la Ciudad.

Chava Alcalá considera que el gobierno y las empresas comparten una meta: que el cliente esté contento y tenga una reacción positiva.

Cuando tenía 20 años, un político lo invitó a la gestión pública. Así, ocupó distintos puestos operativos en varias administraciones municipales, desde una jefatura en el departamento de empleo hasta la subdirección del área de desarrollo económico. En 2013, llegó al cargo que tiene actualmente.

Su formación empresarial comenzó a notarse cuando hablaba de los ciudadanos como si fueran clientes. Para él, son lo mismo, pues la ciudadanía paga impuestos al gobierno para que haga un trabajo de administración. Considera que el gobierno y las empresas comparten una meta: que el cliente esté contento y tenga una reacción positiva.

Hace seis meses, aprovechó su experiencia en el ambiente empresarial para resolver una problemática de administración pública y de paso, crear su propio negocio: el primer Food Truck Park en Aguascalientes.

Un negocio que nació como respuesta a un problema gubernamental

Todo surgió cuando un grupo de propietarios de food trucks (camiones adaptados para vender comida) exigió al municipio crear una ley que les permitiera circular por la ciudad para vender sus productos.

Chava, como le llaman todos, los recibió en su oficina y los escuchó. Sabía que la legislación era casi imposible, así que se le ocurrió otra opción: ofrecerles un lugar donde establecerse a un precio accesible.

“No hay ningún estado o municipio en todo el país que haya autorizado su instalación en las calles –dice– y veo un poco imposible, te soy honesto, de que en México se autorice el tema de los food trucks de manera total.”

Para Salvador, un Food Truck Park es mejor que un negocio ambulante: es menos riesgoso para la población –en cuestión de higiene y movilidad– y más cómodo para los clientes.

«Veo un poco imposible, te soy honesto, de que en México se autorice el tema de los food trucks de manera total».

El concepto lo había visto en otras ciudades del país y de EUA. Propuso el tema a los dueños de los camiones de comida y prometió buscar un inversionista, pero no había interesados. Al final, él y otros dos socios se animaron a conseguir el terreno y rentarlo.

“Veo un crecimiento importante en lo que va del último año de los Food Truck Parks. Es una forma de legalizar y volver formal la informalidad”, asegura.

¿En dónde está la ganancia?

Para que sea accesible la renta de los espacios en este terreno, ubicado al norte de la ciudad, sacrificaron un poco la utilidad y agregaron una especie de impuesto: los comerciantes venden comida, pero las bebidas están a cargo de los socios.

“Pudimos haber abusado de los precios porque el espacio era una necesidad. Somos el único Food Truck Park [en el estado] y esta era la única forma en la cual ellos podían trabajar”, dice. Según él, todos están “compartiendo riesgos” en esta aventura. “No conozco un negocio inmobiliario en Aguascalientes que comparta riesgo con sus inquilinos: si ellos no venden comida, nosotros no vendemos bebidas”, sostiene.

Lo que viene

Chava quiere extender el parque al sur y comenzar a vender los food trucks una vez que pase la temporada de la Feria Nacional de San Marcos. “Queremos fomentar que emprendedores le entren al proyecto”, comenta.

Los muebles serán fabricados en Aguascalientes y tendrán un costo de entre 80,000 y 100,000 pesos, un precio accesible según Alcalá. En un mediano plazo, planea llevar el Food Truck Park a León, Zacatecas y otras ciudades del país.

Funcionario y empresario: ¿dos perfiles similares?

Él es de la idea de que “no hay que robar en gobierno para hacer negocios; hay que cambiar esa percepción”. No obstante, reconoce que “mantenerte en la línea de la legalidad y la ética es una tarea complicada, lo cual solo se logra estando cerca de lo que crees, de tu familia”.

En su caso, la misión era solucionar un problema y terminó por convertirlo en un negocio. Lo más difícil, reflexiona, ha sido administrar bien el tiempo y mantener los pies sobre la tierra.

¿Cuál es el mayor acierto de su emprendimiento desde la óptica de un mentor?

El emprendimiento en general surge de la habilidad de estar en constante observación. Para ser emprendedor hay que callar y observar. Aquí, un claro ejemplo.

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