Desde hace más de 400 años, todos los martes previos al inicio de la cuaresma, el pueblo de San Juan de la Vega en Celaya, festeja a su patrono San Juanito de los Barrios, con martillos explosivos. Los turistas y locales atestiguan que parece zona de guerra, pero en realidad solo es la fiesta del pueblo.
El festejo central al patrono consiste en una dinámica muy peculiar: La población, principalmente hombres, se reúnen en una a orillas del municipio, donde explotan petardos de diferentes calibres con martillos o marros. Cada año hay diferentes personas heridas tras realizar esta acción, sin embargo describen que es parte de sus raíces, así que la realizan con gusto.
Los petardos utilizados en la celebración se hacen de forma artesanal por los mismos habitantes. Solo utilizan dos ingredientes: clorato y azufre. A cinco kilos de clorato le ponen medio kilo de azufre. El polvo explosivo es vaciado a una envoltura de papel, de forma cilíndrica. El químico tiene que comprimirse para que con el golpe explote.
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¿Cómo surgió esta tradición?
La comunidad nació en 1558 y los pobladores relatan que Juan Aquino de la Vega, era un rico minero de Guanajuato que participó activamente en la fundación. La comunidad adoptó como patrono, hace más de 400 años, una pequeña imagen de San Juan Bautista.
La imagen recorre con frecuencia los barrios de San Juan, San Cristóbal, San Marcos, La Purísima, San Antonio y la Santa Cruz; la población organiza su festividad. La imagen fue mandada a hacer cuando Juan Aquino de la Vega, sufrió un robo. El hombre prometió a la imagen hacerle cada año una festividad si le ayuda a recuperar su oro.
Logró obtener sus pertenencias y desde entonces la imagen de San Juanito visita las casas de la comunidad, dando origen a los mayordomos de la fiesta y las velaciones. Además de la procesión y los rezos, una representación de las batallas que se supone sostuvo Juan Aquino de la Vega y sus colaboradores con un grupo de bandidos.