La zona conurbada de Aguascalientes está entre las 15 más importantes del país, tanto por el número de personas que aquí vivimos como por el presupuesto que entre los tres municipios más importantes Jesús María, San Francisco de los Romo, y principalmente Aguascalientes, manejan.
A esto hay que agregarle el número de burócratas que tienen los tres ayuntamientos; recordemos que la entidad es una de las que más empleos genera desde el sector público, lo que representa un ejército generoso de activistas, forzados o voluntarios, para quien domine la capital del estado.
De ahí la importancia de ganar el año entrante la capital del estado y su zona conurbada. Alguien le explicó a Mario Delgado, presidente nacional de MORENA, esta situación y, de ser Aguascalientes electoralmente de poco interés para el año entrante, nos comentan, que pasó a tener la importancia de casi cualquier gubernatura para el partido del presidente el año que está por comenzar.
Lo que parece no haber entendido MORENA es que la sola intención no basta para ganar uno de los bastiones más panistas del país. A MORENA le falta presencia mediática, le falta promover sus programas sociales más allá de la entrega en mano a los beneficiarios. Hay un grueso de la población, tal vez más del 70%, a la que no le llegan las dádivas de los servidores de la nación. Esos son a los que MORENA debe llegar utilizando otra estrategia.
Los espectaculares de los precandidatos en zonas “fifís” les sirven para el conocimiento del aspirante, pero no para convencerlos de por qué sí se debe votar por MORENA. Si bien, el partido y la aprobación del presidente en la entidad van en ascenso, también es cierto que uno de los estados que más repudia a López Obrador es Aguascalientes. Si MORENA deja pasar esta oportunidad para arrebatarle el poder en la entidad al PAN, difícilmente podrá tener otra en el futuro cercano.
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La disputa interna en el PAN por la posición confirma lo anterior. El canibalismo entre los panistas demuestra que la alcaldía es de vital importancia para mantener a los grupos del partido en el poder. Filtraciones van y vienen para subir a unos a la contienda y bajar a otros. Un candidato débil, insisten panistas fuera del campo de batalla, le estaría poniendo en charola de plata a MORENA la alcaldía. Un candidato fuerte pero con problemas legales, dejaría indefenso al partido. Un candidato muy panista, de verdad con la sangre azul, es lo que proponen para evitar sofocones en el año que vendrá.
La opción de una desbandada del PAN, una sangría, a favor de otro partido parece ya solo haber quedado en entelequias. Movimiento Ciudadano prefirió una fórmula débil que parecerá solo jugar a debilitar al PAN o a MORENA, dependiendo de las negociaciones, en algunos distritos del oriente.
Los otros partidos satélite, como los del magisterio, traerán sus propias disputas en el norte del estado, en concreto en Rincón de Romos, Tepezalá, Pabellón y Cosío y ahí jugarán, igualmente con grupos del interior del PAN y también con MORENA.
El PAN no tendrá un día de campo en la entidad el año entrante, eso es un hecho. De la operación y logística tanto de tierra como de aire de MORENA depende empezar a abrir el boquete en occidente para que el partido empiece a crecer.
Recordemos que al día siguiente de las elecciones de 2021, empezará otra batalla, la de la presidencia de la República y ahí, todas las canicas juegan. En caso de que, como parece, MORENA logre la mayoría en el Congreso, la disputa será encarnizada al interior de ese partido, de lo contrario, tanto el PAN como el PRI habrán visto que la alianza antinatura que han formado da frutos y pensarán en un perfil para disputar el 2024.
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