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El elixir prehispánico que México busca recuperar

Hace cientos de años, el cacao era utilizado por nuestros ancestros como moneda de cambio; al procesarlo y convertirlo en bebida era concebido como un elixir digno de los dioses. Con la llegada de los colonizadores, este recurso originario de México y de otras partes de Centroamérica comenzó a llegar a más lugares del planeta y hoy es un producto reconocido a nivel internacional.

Desde 1995, su derivado estrella, el chocolate, empezó a ser celebrado cada 13 de septiembre por su importancia en el mundo. Asimismo, a inicios del 2019, el Senado mexicano aprobó un dictamen para establecer el 2 de septiembre como Día Nacional del Cacao y el Chocolate, a fin de impulsar la difusión cultural, gastronómica y turística de este alimento. En Aguascalientes, esa cultura chocolatera está en desarrollo; poco a poco la comunidad se ha apropiado de la costumbre de disfrutar este tradicional producto.

A Salma Najat González Cassab, propietaria de la chocolatería Xocolatl –que debe su nombre al término náhuatl ‘agua amarga’–, le ha tomado más de una década poder fomentar la cultura chocolatera en la entidad. No obstante, considera que se ha avanzado bastante en el conocimiento que la gente tiene al respecto: “Hay una enorme diferencia. Antes la gente pasaba y pensaba que vendíamos café. Actualmente vienen pidiendo cacao y sus derivados. Cada vez hay más conciencia”, apunta.

La experta menciona que son pocas las personas que conocen los beneficios del cacao como un alimento rico en carbohidratos, proteínas, minerales y vitaminas: “Tiene muchos antioxidantes e incluso beneficios terapéuticos: detona la serotonina en el cerebro del consumidor, considerada como la hormona de la felicidad”.

Pese a que el cacao es originario de México, el país no se encuentra ni siquiera entre los principales cinco productores de este insumo. De acuerdo con el Observatorio del Cacao, los mayores abastecedores son Costa de Marfil, con 38 por ciento de la producción mundial; Ghana, con 19 por ciento; Indonesia, con 13 por ciento; Nigeria y Brasil, con 5 por ciento cada uno.

Berenice González Piña, dueña de la chocolatería Crossá, resalta que es necesario generar conciencia del papel que este alimento tiene en la República Mexicana para volver a ser importantes consumidores y productores: “El consumo per cápita en México es muy bajo. Estamos consumiendo alrededor de 700 gramos por persona al año, cuando en otros países son 12 kilos por persona al año”, comenta.

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