A ocho años de fundar el Centro Hematológico Hope, el doctor Miguel Herrera ha otorgado un acompañamiento integral y humano a pacientes que sufren de enfermedades hematológicas (que afectan al sistema sanguíneo en cuanto a su composición, cantidad o morfología).
Destaca que, por inspiración de sus mentores de la especialidad de hematología en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), desde el comienzo él proyectó una clínica que atendiera tanto pacientes con cobertura de gastos mayores como a quienes disponen de menor capacidad monetaria.
Consciente de velar por la calidad de vida durante el proceso de enfermedad, el distintivo del Centro Hematológico Hope es la aplicación de tratamientos innovadores que no involucren quimioterapia, abunda el doctor que ostenta las especialidades de Hematología, Trasplante de médula ósea y Terapia Celular.
“Nuestros pacientes reciben tratamientos dirigidos; algunos son en presentación en tabletas, mediante infusiones intravenosas o subcutáneas, o bien, con medicamentos que atacan una parte de la célula tumoral para iniciar su destrucción”, destacó.
Con un diagnóstico adecuado, se pueden prescribir tratamientos que puedan ayudar a preservar la calidad de vida. De igual modo, se podrá definir un tratamiento a la medida, así como establecer el pronóstico del paciente.
Investigación e Innovación reflejada en la hematología
Si se trata de una patología benigna como la anemia por deficiencia de hierro, la recuperación es del 100% después de realizar un tratamiento intravenoso, posterior a 15 y 30 días la recuperación será tangible.
En el caso de la trombocitopenia inmune el método de tratamiento implementado por el Dr. Herrera surgió de una investigación que realizó en conjunto con investigadores de la UANL en donde es rápida y no se utiliza esteroide por largos periodos, esta investigación fue publicada en la revista médica “Blood”, la cual es más importante de la Hematología mundial.
En el caso de una enfermedad maligna, la intensidad de cada terapia se diseña con base a un traje a la medida al valorar las características del paciente, pues no solo se trata que solo esté vivo sino que realmente se cuide su calidad de vida.
“Nos ocupamos de hacer lo humanamente posible en los procesos de la enfermedad. Habrá enfermedades que no tendrán cura; sin embargo, es muy importante saber que hicimos lo que está al alcance de los conocimientos que existen en el día de hoy para darle tranquilidad al paciente, a sus familiares y al personal médico”, abundó.
Aún cuando evolucione favorablemente o no el padecimiento, agregó el especialista, la prioridad del doctor es ser un guía que empatice y respete cualquier decisión del paciente para que prevalezca el enfoque humano.