A nivel mundial, existen más de 70 millones de personas diagnosticadas con disautonomía, un número importante para una afección que comúnmente no es tan conocida por la sociedad.
Esta enfermedad engloba una serie de trastornos del sistema nervioso central autónomo, que es el encargado de regular funciones vitales como la respiración y el funcionamiento del sistema gastrointestinal.
Los síntomas más frecuentes son: taquicardia, debilidad o cansancio, mareo, dificultad cognitiva, visión borrosa, entre otros más, refiere la Secretaría de Salud Federal.
La incidencia de este padecimiento podría ser incluso más alta, como consecuencia de la pandemia por COVID-19. El Dr. Rodolfo Callejas, director de Neuro & Sleep Klinik, señala que ya está demostrado que el virus SARS-CoV-2 también afecta al cerebro, en particular, al centro regulador del sistema nervioso autónomo.
“Lo más frecuente es presentar hipotensión ortostática [presión arterial baja que ocurre al ponerse de pie tras estar sentado o acostado], taquicardia, estreñimiento y fatiga. Esas son las manifestaciones más comunes de la disautonomía como secuela del COVID-19, entonces hay que estar listos para identificarla y tratarla”, explica uno de los neurólogos y especialistas en trastornos del sueño más reconocidos del país.
La dependencia federal también ha advertido que entre los mayores riesgos para los pacientes con este padecimiento se encuentran las fracturas a causa de desmayos —las cuales ocurren al bajar la presión arterial y disminuir la frecuencia cardiaca—.
De igual manera, el especialista indica que otras manifestaciones de la disautonomía son la sudoración excesiva, la anhidrosis (incapacidad de sudar con normalidad) y la disfunción eréctil (en el caso de los hombres).
¿Cómo detectar eficazmente la disautonomía?
El Dr. Rodolfo Callejas señala que la detección de la disautonomía se hace a través de dos pruebas realizadas en una misma sesión, una después de la otra.
La primera es conocida como respuesta simpática de la piel, a partir de la cual se mide, ante un estímulo, la sudoración en las palmas de las manos y las plantas de los pies. “El sistema nervioso autónomo tiene una división simpática, otra parasimpática y otra entérica. La primera prueba realiza una medición objetiva de la parte simpática”, indica el experto.
El examen complementario mide la variabilidad de la frecuencia cardiaca del paciente en cuatro condiciones:
- En reposo: El paciente se encuentra acostado, sin hacer nada.
- Con respiración rítmica: La persona respira calmada y profundamente durante un tiempo particular.
- A través de la maniobra de valsalva: El paciente intenta exhalar aire con la glotis cerrada, o con la boca y la nariz cerradas.
- A partir del ortostatismo activo: Se pide a la persona acostada que se levante para analizar la respuesta de la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
“Ninguna de estas pruebas son dolorosas ni molestas, y nos permite medir las respuestas”, esclarece el doctor.
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¿Cómo tratamos la disautonomía?
El director de Neuro & Sleep Klinik señala que la disautonomía se puede abordar a través de tratamientos farmacológicos o no farmacológicos, dependiendo de la situación de cada persona.
En este sentido, cuando el origen central de la disautonomía se halla en el cerebro, un tratamiento adecuado para la recuperación es la Estimulación Directa Transcraneal. Esta consiste en una estimulación eléctrica a través de electrodos que mejoran la condición del paciente.
En otros casos, la disautonomía puede ser causada por padecimientos de base, como la diabetes, enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, o la enfermedad de Parkinson; sin embargo, el especialista señala que, a pesar de que estos males no tienen una cura, los tratamientos contra este padecimiento sí pueden mejorar drásticamente la calidad de vida (al disminuir los síntomas).
“Por eso cobra relevancia tener un diagnóstico apropiado y preciso. Hemos visto una mejoría significativa en la calidad de vida de pacientes a los que nunca se les había dicho que su problema tenía como origen una disautonomía, y que habían recibido otros tratamientos que no brindaron un beneficio porque no se conocía el origen de la enfermedad”, refiere el Dr. Callejas.
Visibilizar la enfermedad
Por lo anterior, el especialista señala que es necesario impulsar una cultura alrededor de este padecimiento. Cabe señalar que en octubre se celebra el mes de la disautonomía, con el objetivo de fomentar un mayor conocimiento de estos trastornos entre la comunidad médica y la sociedad en general.
«Se habla muy poco de este padecimiento, aún cuando es muy frecuente, pese a que existen herramientas diagnósticas disponibles y opciones terapéuticas adecuadas», apunta.
En la actualidad, Neuro & Sleep Klinik se ha convertido en una de las unidades médicas líderes en el tratamiento de la enfermedad. La clínica recibe de manera continua pacientes provenientes de la región Bajío —principalmente de Guadalajara y Querétaro—.
“Ya estamos colaborando en San Luis Potosí, Pachuca, Guadalajara y Ciudad de México. Esperamos próximamente estar en León”, concluye el Dr. Callejas.