Por más que el sector automotriz esté transitando velozmente hacia los vehículos eléctricos y autónomos, si México no supera los paradigmas culturales arraigados en el país de ser una nación tradicionalmente maquiladora, difícilmente podremos mantenernos competitivos y alzar la mano como protagonistas en la movilidad del futuro.
Así lo compartió Cuitláhuac Pérez, director de Maindsteel y presidente de Grupo MAEN, quien señala que la cercanía y dependencia económica de México con Estados Unidos ha obstaculizado que nuestro país se convierta en un desarrollador de tecnología.
«La falta de innovación tecnológica es cultural por esa dependencia tan alta que tenemos por la facilidad que tiene Estados Unidos de proveernos la mayor parte de lo que necesitamos«, señala.
De igual manera, Cuitláhuac Pérez mencionó que uno de los desafíos más significativos es el desconocimiento generalizado sobre los beneficios de los vehículos eléctricos en comparación con los de combustión interna. En este sentido, el líder de Grupo MAEN enfatizó en la importancia de educar a los consumidores sobre la eficiencia energética y el menor costo de mantenimiento que ofrecen los vehículos eléctricos.
Asimismo, Pérez Cerros subrayó la necesidad de expandir la red de carga para vehículos eléctricos, pues sin una infraestructura adecuada, el crecimiento de la movilidad eléctrica se verá afectada.
“La transición a la movilidad eléctrica es una evolución que, guste o no, se va a dar porque el mercado lo está exigiendo. Así que debemos de establecer todos esos centros de recarga, ya sea a través de energías limpias, energías verdes, utilizando más el sol, el aire, todo este tipo de sistemas que ya están disponibles en el mercado para su instalación. Pero, ¿qué es lo que nos hace falta? Que culturalmente nos convenzamos de que efectivamente lo tenemos que llevar a cabo” reflexionó.
Cuitláhuac afirmó que es indispensable entender que la tecnología avanza a pasos agigantados y que todos deben subirse al proceso, pues de lo contrario, se quedarán fuera, ya sea usuarios, fabricantes o proveedores.
Pérez Cerros compara esta coyuntura con la observada en la pandemia o con la que están atravesando las empresas ante la irrupción de la inteligencia artificial: adaptarse o sucumbir.
“Un fabricante de motores de combustión interna debe desarrollar un motor eléctrico o asociarse con un fabricante de motores eléctricos. Lo mismo ocurre con los fabricantes de radiadores o los fabricantes de escapes. Algunos podrían limitarse a seguir fabricando lo mismo y no avanzar más y esto refleja uno de los problemas fundamentales en México”, detalla.
“Al final, esto es un filtro natural para que permanezcan únicamente aquellos que están acostumbrados a innovar y desaparezcan aquellos modelos tradicionales de negocio”, finaliza Cuitláhuac.
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