Diciembre puede ser un mes contradictorio. Por un lado, trae la felicidad de celebrar con nuestros seres queridos la época navideña, ir de vacaciones a algún lugar con nuestra familia y prepararnos para otro año más.
Sin embargo, también puede ser fuente de estrés: la conclusión del año invariablemente supone la urgencia de alcanzar los objetivos planteados en la compañía, todo esto, en un mes atravesado por días de asueto, lo que aumenta la presión del famoso deadline (y con una pandemia de por medio).
Por lo anterior, recopilamos una serie de sugerencias a seguir por los directores y altos mandos de las compañías para que en este último envión del año, no nos veamos derrotados por el estrés de lograr las cosas y por lo contrario, podamos ponernos en posición de darle la bienvenida al 2020 de la mejor manera posible.
Prioriza tareas de alto impacto
Tanya Hall, CEO de Greenleaf Book Group, sostiene que ante una agenda y una lista atiborrada de cosas por hacer, los directores pueden estar tentados a eliminar las tareas más fáciles en un esfuerzo por aligerar de volumen los pendientes.
“Desafortunadamente, casi siempre esto no significa que se estén concentrando en las necesidades más complejas de la organización, aquellas tareas que tendrán un mayor impacto en su negocio”, defiende Tanya.
Derivado de lo anterior, Hall advierte que los líderes no deben caer en la trampa de sentirse productivos por deshacerse de las tareas fáciles, de bajo impacto, mientras aquellas que tienen una relevancia mayor siguen sin atenderse.
En este sentido, la colaboradora de Inc recomienda hacer una lista que mida la importancia por “puntos” las tareas que quedan por hacer. Por ejemplo: hacer una planeación de ventas para el inicio de año tiene un valor de 50 puntos, mientras que organizar la cena de navidad y diseñar el intercambio en la empresa tienen solo 4 puntos cada uno.
Visualizar de esta manera la lista de pendientes contribuye a transitar de una mentalidad que diga “ya acabé dos cosas” a una parecida a “ya llevo 50 puntos de mi lista”, lo cual te fuerza a priorizar el impacto del trabajo más que el volumen.
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Delega y concéntrate en las tareas que solo puedes hacer tú
Naturalmente, los directores y altos mandos de tienen un conocimiento profundo en distintas áreas de la compañía, por lo que es frecuente que los colaboradores se acerquen a ellos buscando aprobación, ayuda, o colaboración, dice Tanya.
Sin embargo, dice la columnista, si hay alguien más a quien le puedas delegar esa labor, no lo dudes y hazlo, afirma.
“El mayor valor que tú le das a la empresa radica en hacer lo que únicamente sabes hacer tú. Cuanto mayor tiempo dediques para atender tus tareas -que nadie más puede hacer- más fuerte será el impacto de tu trabajo y por lo tanto, la organización gozará de un crecimiento más grande”, manifiesta.
Sigue la regla de 5 antes de las 11
El portal Redefine Your Edge también sugiere intentar elegir cinco tareas que puedas realizar antes de las 11 del día. En este sentido, el sitio aboga por decidir pendientes que incrementarán tu sentido de cumplimiento y rendimiento. Al desglosar las cosas de esta manera, podrás reducir la sensación de estar abrumado por correos electrónicos, deadlines y documentos.
Aprende a decir que ‘no’
Robert Half, especialista en Capital Humano, menciona que en aras de mantenernos productivos en el trabajo, a veces debemos aprender decir que ‘no’ a tareas que nos quieran asignar a nosotros, sin importar qué tan pequeña sea la encomienda.
«Hay ocasiones en las que simplemente no puedes aceptar otra tarea, por pequeña que sea. Permítete decir «no» a veces. Si bien deseas construir una reputación como jugador de equipo, no puedes permitirte el lujo de convertirse en una marioneta en el proceso«, pronuncia el experto.
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Guarda tiempo para ti
“Para rendir al máximo nivel durante periodos de estrés, es indispensable que reserves tiempo en tu agenda para asegurarte de que estás cuidando lo más valioso: tu persona”, asevera Tanya Hall.
“Ya sea a primera hora de la mañana, un descanso al mediodía, o un ritual en la noche, comprométete a guardar un tiempo innegociable para recuperar energías y resetear tu mente a través del ejercicio, la meditación, una caminata con tu perro, etcétera”, agrega.
De acuerdo con la especialista, es fundamental identificar actividades que nos hagan sentir mejor y programarlas en nuestra agenda como una suerte de cita con nosotros mismos. Externa que una pequeña escapada diaria hará maravillas para reducir nuestros niveles de estrés y aumentar nuestra productividad en todo momento del año.
Similar postura comparte Robert Half, quien señala: «Podrá sonar contradictorio, pero tomarse el tiempo para desconectar y recargar puede ayudarte a hacer más cosas. Las soluciones a problemas complejos a menudo surgen cuando no nos concentramos intensamente en el problema. Del mismo modo, tomar un poco de aire fresco o participar en bromas sobre el enfriador de agua puede ayudarte a recargar energías«.
Aléjate del multitasking
Es común caer en el error de que al hacer muchas tareas al mismo tiempo estamos siendo productivos. Sin embargo, Redefine Your Edge apunta a que muchos estudios han sugerido que el hacer multitasking puede hacer más daño que bien debido a que no le estamos dando a cada tarea el tiempo y esfuerzo que amerita.
«Distracciones como esa impactan negativamente en la calidad de tu trabajo y te dejan sintiéndote agotado y abrumado. Intenta dar a cada tarea su tiempo suficiente antes de pasar a otra«, exhorta el portal.
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Motiva a tu equipo a hacer lo mismo
Tanya destaca que los pasos anteriores no deberían limitarse a ser seguidos por los CEO de las organizaciones; también resultan válidos para todos los colaboradores de la compañía.
“Cuanto mejor esté capacitado tu equipo para manejar el estrés, más altas serán las posibilidades de dirigir tus esfuerzos en áreas de alto impacto en las que solo tú puedes contribuir. Haz todo lo anterior correctamente, y te pondrás en posición de disfrutar tus vacaciones y dar la bienvenida a un próspero año nuevo”, sentencia.