En 2005, nació una de las empresas agroindustriales más importantes de Zacatecas: CHILZA. A partir de la innovación en empaques y procesos, así como la búsqueda de nuevos canales de distribución, inició con el propósito de brindar valor agregado a los productos del campo local.
Lo que empezó como un proyecto familiar ha crecido gracias a un trabajo sólido, constante y, sobre todo, con objetivos claros. Con el paso de los años, CHILZA no sólo se ha consolidado, sino que ha fortalecido sus cadenas de valor (proveedores, equipo de trabajo y clientes).
Su papel dentro del estado ha sido fundamental: al generar productos agrícolas de valor y establecer operaciones con proveedores local, sus labores están comprometidas con el desarrollo integral de Zacatecas.
Actualmente, cuenta con dos plantas de procesos y cuatro ranchos agrícolas. Los principales productos que producen son: espárrago, chile y ajo. Además, en cada una de sus áreas se cuenta con más de 200 colaboradores. Entre sus diferenciadores, destacan la mejora continua y una visión empresarial compartida por todo el equipo de trabajo.
Prácticas responsables e internacionales
Los productos de CHILZA son exportados principalmente a Estados Unidos; siendo un mercado importante en el tema orgánico, actualmente el producto protagoniza el 100% de su comercio internacional. En México, los chiles en polvo son utilizados como condimentos en productos terminados. Por poner un ejemplo: “Si han comido botanas de Sabritas con algún condimento rojo, ahí vamos nosotros con nuestros chiles”, menciona la organización.
Entre los principales retos que ha tenido que enfrentar la empresa, destaca el tener que interpretar y aprender sobre los productos que busca el mercado; posteriormente, identificar en qué se pueden desempeñar como productores.
En este sentido, han encontrado herramientas en las nuevas tecnologías para obtener información sobre el comportamiento del mercado, para así tomar mejores decisiones —que van desde cuándo cosechar hasta cómo integrarse a las tendencias—.
Más allá de lo anterior, sus prácticas se han caracterizado por su responsabilidad con el medio ambiente. Cada año, se invierte en la eficiencia del uso del agua con tecnología de riego, propiciando de tal forma un mejor rendimiento.
El cuidado del agua es uno de los valores más importantes que rigen a la empresa: “Lo más importante es cuidar el agua y la tierra para poder tener producción. El 90% de nuestros productos agrícolas son orgánicos. No usamos pesticidas ni productos que van en contra de nuestros valores como empresa o que dañen el medio ambiente”.