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Bon Vivant, el negocio que florece en una tierra aparentemente infértil

Por Marisa García

Lic. en Ciencias de la Comunicación por el ITESO, sommelier de la Associazione Italiana Sommelier y de la Organización Nacional de Sommeliers de México, directora de Bon Vivant

 

Aunque Aguascalientes ha tenido un fuerte crecimiento económico en los últimos años, para la ONSOM (Organización Nacional de Sommeliers de México), el estado no era lo suficientemente atractivo para ser tierra de formación de sommeliers profesionales.

Abrir brecha en un mercado casi virgen es siempre una tarea difícil; sin embargo, cuando la constancia y la pasión persisten, el camino se va despejando poco a poco. Eso fue lo que hizo Bon Vivant de la mano de la ONSOM.

Hace dos años era impensable tener a un sommelier dedicado al 100% al servicio del vino en algún restaurante de la ciudad. Hoy, a dos años de haber iniciado el primer Diplomado para Sommeliers ONSOM, impartido por Bon Vivant, Aguascalientes cuenta con seis profesionales ocupados totalmente en dar recomendaciones de vino en restaurantes locales.

La oferta enogastronómica de la entidad crece incentivada por el desarrollo industrial y la llegada de diversas culturas al estado; por esto, cada vez se toma más conciencia de lo necesario que es profesionalizar el sector.

Pero no solo quienes trabajan en el ramo restaurantero han sido beneficiados, Bon Vivant ha encontrado otro nicho de mercado potencial: los empresarios, quienes por el estilo de vida que la globalización exige, se ven en la necesidad de aprender más de vinos; ya no solo lo hacen por placer, sino también para crear mejores relaciones con sus clientes. Saber de vinos siempre genera una buena impresión; por eso, debe ser parte de la cultura general de un alto empresario.

Las generaciones egresadas de los Diplomados ONSOM, las cuales se han conformado por empresarios y profesionistas de varios sectores como el agroindustrial, el de tecnologías de la comunicación y la información, el comercial, el médico, etcétera, han manifestado que el vino no solo les ha abierto puertas en el mundo de los negocios, sino que también se ha convertido en el “oasis” que se regalan una vez por semana, un descanso que disfrutan y les hace dejar a un lado todas sus responsabilidades cotidianas.

A dos años de haber comenzado el proyecto, la ONSOM y Bon Vivant han logrado posicionarse en un mercado donde la cultura del vino florece en lo que parecía ser tierra infértil.

Inicio del próximo Diplomado ONSOM: 1° de septiembre

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